‘¡QUE DONEN SUS ÓRGANOS!’
Mucho se ha hablado en estos días sobre cuál sería un castigo ejemplar para aquellos que atentan contra la vida humana; unos dicen “cadena perpetua”, otros, “pena de muerte”; pero luego surge una tercería que opina que el sistema judicial debe transformarse y mientras eso ocurre, la delincuencia da rienda suelta a su mezquina actividad.
Actualmente muere mucha gente por la deficiente seguridad pública, gente inocente que nada tiene que ver en los asuntos del narcotráfico u otras actividades delictivas.
Pero el daño está hecho, ahí el testimonio de viudas, madres, hijos que han perdido un ser querido y ni el encarcelamiento del victimario, cuando esto llega a ocurrir, consuela a familiares de las víctimas cuyo dolor permanece por el resto de sus días.
Por ello, si les es muy difícil ponerse de acuerdo sobre las sentencias de estos criminales, hay otras alternativas como la siguiente: hoy mucha gente también está muriendo en los hospitales públicos de enfermedades terminales y que dependen de la donación de un órgano para seguir viviendo; gente de provecho, trabajadora y honesta la que pudiese recibir una nueva oportunidad de vida gracias a un trasplante y que violadores, secuestradores, narcotraficantes y otros con delitos de índole federal de manera legal y como parte de su sentencia puedan dar para así resarcir, un poco, el daño causado a la sociedad, misma que a través de sus impuestos aporta cuantiosas sumas para que ese individuo, al margen de la Ley, viva y coma en una prisión.
Órganos que al retirarse de su cuerpo no le priven de la vida para que siga purgando su condena, pero al menos haciendo un bien a sus semejantes.
Y si acaso llegara a morir, que sea por Ley, que otros órganos sirvan para prolongar la existencia de la humanidad a la que tanto ofendió con sus acciones.
M.G. Rivera,
Gómez Palacio, Durango.
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‘YA SABÍAN QUE IBAN A SOLTAR EL AGUA’
Por qué si las autoridades correspondientes (Gobierno) ya sabían que iban a soltar el agua, tenían que haber hecho un cálculo de las consecuencias de hacerlo.
Como por ejemplo las colonias y ejidos que podría afectar la afluencia de agua, si lo hicieron (el cálculo) y no les dio resultado, obviamente, que hubo mucha ineptitud por parte de las autoridades.
Y si no lo hicieron pues tantito peor.
Gilberto Monreal Reveles,
Torreón, Coahuila.