MENSAJE PELIGROSO
Es nefasto y reprobable ver el video, en los principales noticieros del país, que da constancia de cómo un grupo de vándalos agrede a la Policía capitalina en las marchas con motivo de la conmemoración del 2 de octubre. Creo que todos, o la gran mayoría, estamos de acuerdo en que no debe existir abusos por parte de ninguna autoridad, pero que tampoco debe haber debilidad por parte las mismas; en este caso, de la Policía. ¿Cómo fue posible que un grupo de guardianes del orden no pudiera hacer nada al ser humillado y atosigado por unos malandros que tal vez ni estudiantes son?
¿Cómo es posible que estos malandros hicieran destrozos a su paso en la manifestación en que se colaron sin que la autoridad pudiera actuar en consecuencia?
El mensaje que se envió con esta noticia es que, en México, la Policía está a merced de la delincuencia, y lo peor de todo, de unos cuantos pandilleros e infractores menores que pudieron haberse sometido sin mayor problema. Si estos vagos hicieron eso con la Policía, ¿qué no serán capaces de hacer las grandes ligas a que pertenece el crimen organizado?
Gracias a Dios, entre los manifestantes no había agitadores sanguinarios de esos que incitan y persuaden a las grandes multitudes para que lleven a cabo actos salvajes, si no, estos policías agredidos tal vez hubieran sido hasta linchados.
En parte, ciertos medios de comunicación en televisión, han sido también culpables de todo esto al defender los derechos de delincuentes contra supuestos abusos de autoridad.
Y digo supuestos, porque a veces a la Policía no le queda de otra que aplicar la fuerza para detener a los criminales. Toda la mala fama que se le ha creado a la Policía (por igual es sus diferentes corporaciones) ha hecho que ésta se ablande, y si ellos que son los encargados de guardar la Ley y el orden, no hacen su trabajo como debieran, entonces ¿quién lo hará? ¿Nosotros mismos?
¿Dónde quedó la mano dura contra la delincuencia que tanto menciona el presidente?
Con estas situaciones se puede uno dar cuenta que, en materia de seguridad, todo el país está peor que nunca. Se necesita una Policía Preventiva y de reacción rápida (refiriéndonos nuevamente a todas sus corporaciones), no de reacción lerda y temerosa.
Juan de Dios Rivas Castañeda,
Torreón, Coahuila.
