CRÓNICA DE UNA MUERTE ANUNCIADA
Me resulta bastante triste ver la debacle en caída libre y sin tocar fondo, de un partido en el cual creía firmemente, pues sus valores y principios que pregonaban eran los fundamentos básicos del cristianismo; sin embargo, a raíz de la toma del poder en el ámbito federal en la Administración pasada, 3 de los principios fundamentales que deben regir en todo creyente de esa fe, la humildad, caridad y misericordia, han estado ausentes o incluso han aplicado los antagonismos de dichos valores, pues “ven y viven” una realidad que no existe y acusan de desestabilizadores del Gobierno a las personas que desean tan sólo señalarles la viga que poseen en el ojo, con el fin de que no se queden ciegos.
Tal es el caso de nuestra amada ciudad, pues los que hoy nos gobiernan “creen firmemente” que están haciendo lo correcto e incluso le están haciendo un favor a la ciudadanía con iniciativas que sin duda traen toda la buena fe posible, pero no son aplicables (por el momento) al entorno que se vive en Torreón, las cuales han traído gastos innecesarios, sólo por no quererse poner en los zapatos del prójimo; como es el caso del internet inalámbrico que se instaló en la plaza, en la alameda y plaza de Armas, el cual sin duda ha sido muy favorable para las decenas de “Marías y Viejitos Desempleados” que poseen Lap-top con una buena duración de batería (pues no instalaron enchufes); o la tarjeta Ecobus, en donde para recargarla las personas que utilizan el trasporte público tienen que trasladarse kilómetros para este cometido, no comprendiendo la ciudadanía que utiliza estos camiones que se hizo con la intención de asegurar que no los asaltaran y les arrebataran los cinco pesos que cuesta el trasporte.
Buenas intenciones, pero fuera de la realidad, pues sin duda las cientos de personas que visitan por horas las tres plazas mencionadas, le agradecerían más al R. Ayuntamiento que esa cantidad gastada se aplicara en la poda de árboles, limpieza y mantenimiento de las mismas, las cuales dan una verdadera lástima o la tarjeta Ecobus sería útil si se pudiera combinar las dos formas de pago y que se pudiera recargar como los celulares en todos los Super o Tiendas de la ciudad. Sin embargo, al ser intransigente y aceptar sólo la de prepago, se busca cuidarle los centavos (textualmente en ese término) a los dueños del trasporte, pues así los choferes no tendrían en sus manos dinero alguno qué manipular.
Pudiera mencionar “decenas de casos” que se hicieron o planearon con la intención de ayudar por parte del Municipio a ciudadanos que existen sólo en sus pensamientos, pero el afán de esta carta no es criticar, sino mostrar que las buenas intenciones no son suficientes para encarar problemas reales que vive un país del tercer mundo como el nuestro, el cual pareciera que solamente lo recorren como si fuera una expedición de safari en un auto de lujo, en el cual, obviamente no se bajan ni para darle de comer a la jirafa, pidiéndole a Dios no lleguemos al caso de que las fieras nos tengamos que comer a los expedicionarios, lo cual pareciera, sucede cada cien años en nuestro país.
Lourdes Fátima Guadalupe Vda. de Rodríguez,
Torreón, Coahuila.