¿REALMENTE CUMPLIMOS COMO MEXICANOS?
La creencia anterior era que Zedillo no servía. Actualmente se dice que Fox no sirvió y que Calderón tampoco servirá para nada.
Por eso estoy empezando a sospechar que el problema no está en el ladrón que haya sido Salinas, en la ineptitud de Zedillo o en lo hablador de Fox.
El problema está en nosotros, nosotros como pueblo. Nosotros como materia prima de un país, porque pertenezco a un país donde la viveza es la moneda que siempre es valorada tanto o más que un dólar.
Un país en donde hacerse rico de la noche a la mañana es una virtud o más apreciada que formar una familia a largo plazo basada en valores y respeto en los demás.
Pertenezco al país donde las empresas privadas y secretarías de Estado, son papelerías particulares de sus empleados deshonestos, que se llevan para su casa, como si tal cosa, hojas de papel, bolígrafos, carpetas, marcadores y todo lo que falta sea para la tarea de sus hijos.
Pertenezco a un país en donde la gente se siente triunfal si consigue robarse la señal de cablevisión del vecino o si se “piratea” el SKY.
Un país donde la gente inventa a la hora de llenar sus declaraciones de Hacienda para no pagar o pagar menos impuesto. Un país donde nuestros gobernantes aún nos compran por un bulto de cemento o por un simple tinaco para que les demos el voto, o a los poderosos les prometen más poder para conseguir su apoyo.
Pertenezco a un país donde la impuntualidad es un hábito. En donde los directivos de las empresas no generan ningún capital humano. En donde no hay interés por la ecología, en donde las personas tiran la basura en las calles y luego le reclaman al Gobierno por no dar mantenimiento al drenaje.
Un país donde no existe la cultura por la lectura y no hay conciencia ni memoria política, histórica ni económica. Donde nuestros diputados y senadores trabajan pocos días al año (y cobran todos los demás como si fueran altos ejecutivos), para aprobar una reforma (miscelánea) fiscal al vapor, que lo único que hace es hundir al que no tiene, fregar al que tiene poco y beneficiar sólo a unos cuantos.
Un país donde su gente está llena de faltas, pero que disfruta criticando a sus gobernadores.
Mientras más ratero le digo a Calderón mejor soy yo como persona, a pesar de que apenas ayer compré discos y ropa “pirata” y me consiguieron todas las preguntas del examen de matemáticas de mañana.
Como materia prima de un país tenemos muchas cosas buenas, pero nos falta mucho para ser los hombres y mujeres que nuestro país necesita.
No esperemos encenderle una velita a todos los santos, a ver si nos manda un Mesías. Nosotros somos los que tenemos que cambiar, ya que un nuevo presidente con los mismos mexicanos no podrá hacer nada.
Y tú ¿qué piensas?
Anónimo.