EL TERRIFÉRICO DE GÓMEZ
El Periférico que conecta a Gómez Palacio con las ciudades de Lerdo y Torreón se ha convertido en una ruta de alto riesgo para quienes asiduamente circulamos por él y visitantes ocasionales que se muestran extrañados ante sus irregularidades.
Después de un inicio entusiasta por parte de sus constructores, tal parece que ahora han abandonado la obra dejando inconclusos puentes y pavimento que ya debía estar allí para mejorar el transporte y la comunicación en esta zona conurbada y cuyas omisiones ponen en peligro a automovilistas y transeúntes.
El también llamado bulevar “Ejército Mexicano” dista mucho de ser la magna obra anunciada con bombo y platillo hace tres años cuando se pusiera la primera piedra del puente “El Centenario” obra que representó el inicio de estos trabajos con motivo del cumpleaños número cien de la ciudad.
De Lerdo a Gómez Palacio se va usted a encontrar que después de pasar el embudo de la curva del japonés y la colonia César G. Meraz la rúa se ensancha, pero sólo hasta antes del semáforo que entronca con la entrada a la colonia San Isidro ya que a la altura del tanque de almacenamiento hay un tramo que aún no se puede usar.
Pasando este entronque se va a encontrar con un Periférico de dos pisos pues la desigualdad en la altura del pavimento y la falta de señales hará que de pronto su auto vaya a un nivel superior o inferior de la carretera. Luego vuelve el embudo frente a la colonia “Chapala”, hoy Fidel Velázquez, hasta que tenga que sortear piedras y materiales y otro segundo piso en su tramo del puente a nuevo Gómez hasta el puente “Hamburgo”.
A la inversa, viniendo de Torreón, hay un puente inconcluso que pasa sobre el canal “Sacramento” al igual sin señalamientos, tan sólo con piedras atravesadas. Otro embudo está desde el puente “Centenario” hasta el monumento “Del soldado” frente a una empresa lechera, donde para ingresar a la Zona Industrial debe hacerlo atravesándose y subir al área de despacho de una gasolinera a su izquierda.
Ahora, intente pasarlo de noche, con alumbrado sólo en algunos tramos, donde cada quien hace su carril y decide su velocidad, mientras que transeúntes de las colonias aledañas a oscuras, hacen gala de su habilidad para no ser atropellados porque desde las balaceras, curiosamente, ya no se ven patrullas por ahí.
De ser así insten a la constructora a que señalice ampliamente el área y ojalá no tengan que pasar otros cien años para su terminación.
Miguel Gerardo Rivera,
Gómez Palacio, Durango.
