UNA PERSPECTIVA A LA PENA DE MUERTE
Un Gobierno no es más que una administración de hombres por hombres. Proteger las garantías individuales y ser un regulador de las relaciones sociales es la tarea principal de los gobiernos. El derecho a la vida, a la propiedad, a la libertad, son derechos que deben ser intocables, salvaguardarlos y mantenerlos intactos es deber de todos, Gobierno y sociedad.
No es posible que se esté viviendo en un clima tan extremo de violencia e inseguridad, donde la parapolítica y la delincuencia han ultrajado la soberanía de la nación y han violado las instituciones. Pero no es posible tampoco que un Gobierno se atribuya el derecho de quitar vidas. Los delincuentes no son personas ajenas a nuestro mundo y a nuestra sociedad, no son inhumanos, son terriblemente humanos. Debemos encontrar los errores a solucionar en los mecanismos coercitivos, de represión y marginación social, los cuales son los verdaderos generadores de personas como los secuestradores.
Ya lo dijo John Locke, que es imposible cambiar la naturaleza del hombre, mas sin embargo es posible cambiar sus comportamientos cambiando sus circunstancias. Hay que encontrar las circunstancias que hacen que los hombres se comporten así, y no simplemente erradicar a esos hombres, ya que si esas circunstancias y esos mismos mecanismos sociales persisten, la hecatomb(r)e será inevitable.
Me es lamentable ver cómo la charlatanería y la megalomanía de un gobernador como lo es el señor Humberto Moreira han hecho que la sociedad, desesperada e impotente, se vuelque ante una resolución poco adecuada como la pena de muerte. El subsecretario de Asuntos Políticos, el señor Daniel Cabeza de Vaca, ha calificado a la propuesta de Moreira de demagógica y oportunista, ambos calificativos perfectamente justificables, y ha dicho que esa posición “sólo explota la frustración y desesperación de la gente ante la inseguridad”, palabras que encuentro por demás adecuadas. En recientes encuestas se ha concluido que 8 de cada 10 mexicanos estarían a favor de la pena de muerte. Querer explotar esta posición con fines populistas y/o electorales es un abuso de autoridad y es algo inadmisible. Más aún, numerosos hombres públicos han ya mostrado su apoyo incondicional al gobernador Moreira, que pareciera más compadrazgo que alojamiento de causa: el alcalde de Piedras Negras, Raúl Vela Erhard, numerosos empresarios y funcionarios, el obispo de Piedras Negras, Alonso Garza Treviño, a pesar de que la grey católica se ha pronunciado en contra, los gobernadores de Nuevo León y Tamaulipas, en un gesto de compañerismo bárbaro norestense, entre otros.
Hago un llamado a la prudencia y a la cordura, sobre todo de los actores políticos y sociales. No es aceptable que se siga jugando con la desesperación y la impotencia de la gente.
Carta resumida
R. de los Reyes,
Piedras Negras, Coahuila.