La firma ha realizado tres modelos diferentes de zapatillas que están a la venta en el mercado mundial, dos con pinturas de la artista y otra con una fotografía de ella. (EFE)
Comunidades indígenas mexicanas golpeadas por la pobreza y el alcoholismo superan poco a poco su situación y gestionan sus recursos gracias a los beneficios reportados por unas zapatillas inspiradas en la pintora Frida Kahlo y cedidos por la multinacional que las produce.
Kahlo (1907-1954) se caracterizó en vida por su compromiso social con los más necesitados, sostuvo Sara Cuéllar, directora de relaciones públicas de Converse México, empresa productora de las zapatillas edición especial Frida Kahlo.
La firma ha realizado tres modelos diferentes de zapatillas que están a la venta en el mercado mundial, dos con pinturas de la artista y otra con una fotografía de ella.
Cuéllar recordó cómo la pintora todos los domingos ofrecía despensas a los pobres de Coyoacán, el barrio de la ciudad mexicana donde vivió.
Explicó que los impulsores del proyecto, que comenzó el año pasado, aprovecharon el centenario del nacimiento de la artista para ponerse en contacto con la familia de Kahlo y conocerla mejor.
"Nos dejó muy claro que sus historias tienen mucho que ver con ayudar a los demás", sostuvo, "este es el personaje ideal para inspirarnos".
Graciela Cristóbal, una de las indígenas de una de las comunidades mazahuas beneficiadas por el proyecto, indicó que antes sufrían la falta de agua, por lo que necesitaban salir a buscar ríos.
"Los niños enfermaban del estómago y de los ojos", recordó, pero aseguró que en la actualidad "ya están mejor nutridos con las plantas que nosotros mismos producimos".
Otro de los principales problemas de estos indígenas situados en el central Estado de México era el alcoholismo.
"Los señores, como no había agua, se dedicaban a beber pulque (bebida fermentada del jugo de un cactus) y a veces enfermaban y morían. No podíamos contar con ellos", dijo.
Fruto del año y medio que llevan a la venta las zapatillas de Kahlo y gracias a que la mayor parte de los beneficios que éstas generan se destinan a ayudar y capacitar a estas comunidades, los mazahuas han aprendido a hacer e instalar cisternas de agua con capacidades de unos 10 mil litros para recoger el agua de la lluvia.
Estas cisternas cuentan con un sistema de filtros para depurar el agua, que se destina para uso propio, para alimentar los animales y para un sistema de riego por goteo que les permite tener huertos orgánicos de árboles frutales y hortalizas.
Con éstas, además de alimentarse ellos mismos y a los animales, generan un excedente que van a vender con una camioneta -que consiguieron también gracias al proyecto- al mercado de una localidad relativamente cercana, Metepec.
"Vendemos huevos, verduras, conservas, mermeladas de nopal, calabaza, mango, durazno, manzanas y hasta almíbar, todo hecho por nosotros mismos", señaló Graciela.
Araceli Cristóbal, junto con otras indígenas de San Felipe del Progreso, ha creado la asociación "Pjoxte", que en español se traduce como ayuda mutua.
En ella los propios indígenas asesorados por la ONG Grupedsac realizan talleres de capacitación de procesamiento de alimentos, reciclaje o producción de hortalizas entre otros.
Isabel Martínez, coordinadora de Desarrollo Comunitario de Grupedsac, destacó que las mujeres son las encargadas de sostener la organización porque la mayoría de los hombres han emigrado a EU. y ellas realizan el 85 por ciento del trabajo.
Son cuatro las líneas de acción: la ecotecnología, "sencilla, económica y amigable con el ambiente"; agropecuaria, donde les enseñan a producir de manera orgánica; la cría de especies menores, y el fortalecimiento cultural y organizativo mazahua.
En total son ocho comunidades mazahuas las beneficiadas, 114 personas, y en el año y medio que lleva en marcha el proyecto ya ha descendido en un 35 por ciento el alcoholismo masculino, más de cincuenta jóvenes que pretendían emigrar a EU. se han quedado a trabajar en el proyecto y otros treinta van a regresar.
"Hemos estado saliendo adelante y qué bueno", expresó con alegría Araceli, madre de tres hijos.
