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Frontera Sur, tierra fértil para el hampa

La zona limítrofe entre México y Guatemala permanece abierta a toda clase de actividades ilícitas
y es raro observar vigilancia militar o policiaca.

La zona limítrofe entre México y Guatemala permanece abierta a toda clase de actividades ilícitas y es raro observar vigilancia militar o policiaca.

El universal

Entre México y Bélice existen mil 63 ‘pasos ciegos’ que son usados por contrabandistas, ‘polleros’ y narcotraficantes, para pasar de un país a otro sin problema.

A pesar de que los gobiernos de México y Guatemala han anunciado el despliegue de fuerzas militares y policiacas en la zona limítrofe de ambas naciones para combatir al crimen organizado, la frontera Sur sigue abierta a toda clase de actividades ilícitas.

Los dos países comparten una franja de 956 kilómetros, donde se han ubicado mil 63 pasos ciegos, 44 de los cuales se pueden cruzar en vehículo y durante un recorrido por la línea divisoria, se constató que en muchos de esos lugares no hay presencia militar o policiaca.

En cumplimiento con el Acuerdo Nacional por la Seguridad, la Justicia y la Legalidad, firmado en agosto pasado, el Gobierno de Chiapas anunció, entre otras medidas, el reforzamiento de los sistemas de seguridad y reformas legales contra la delincuencia organizada, que incluye este puerto.

Asimismo, ante las operaciones de cárteles de la droga, las autoridades de Guatemala señalaron que desplegaron a 2 mil 400 militares en 12 puntos conocidos como “pasos ciegos” fronterizos con México.

De acuerdo con las autoridades del vecino país, esos sitios son utilizados por los contrabandistas, “polleros” y narcotraficantes, para pasar de un país a otro sin problema.

Incluso, precisaron que lugares como El Naranjo, Petén; El Carmen, San Marcos; y Florido, Izabal, que colindan con México, necesitan de mayor presencia militar y policiaca.

Reclutamiento de sicarios

Sin embargo, habitantes del departamento de San Marcos, que limita con territorio mexicano, confirmaron que sicarios mexicanos están repartiendo volantes para reclutar gente.

El sacerdote Heyman Vázquez Medina, coordinador de la Casa del Migrante Hogar de la Misericordia, dijo que la inseguridad golpea fuerte a la población y, sobre todo, a migrantes que son víctimas de asaltos, secuestros, extorsiones y asesinatos, debido a que comparten la ruta con las mafias.

Y aunque el sacerdote católico señala que la Policía Estatal y la Armada de México, son las únicas corporaciones que han reforzado la vigilancia por tierra, mar y aire, en este punto se constató el libre tránsito.

A su vez, fuentes policiacas reconocen que el tráfico de armas se da a lo largo de varios puntos limítrofes, donde se adquieren fusiles de asalto y granadas por cantidades que oscilan entre los 2 mil y los 3 mil 500 quetzales.

Trafican pseudoefedrina

El contrabando de pseudoefedrina desde Belice mantiene bajo tensión y en un ambiente de inseguridad a la frontera Sur del país. Las autoridades hacen poco para contenerlo, pese a detectar 27 puntos fronterizos para el trasiego del fármaco.

El problema se agudizó luego de que el 23 de noviembre de 2007, el Gobierno prohibió la comercialización de pseudoefedrina como medicamento, que también se usa para elaborar drogas sintéticas, adictivas y con efectos secundarios permanentes.

Ante ello, Francisco Amaro Betancourt, presidente de la Comisión de Asuntos Migratorios y Fronterizos del Congreso local, dijo que “más que una frontera olvidada, somos una frontera vulnerable, donde es necesario que el Gobierno Federal mejore la vigilancia”.

Para el diputado priista, no sucede lo mismo en Belice, ya que en los últimos meses, la aduana de ese país decomisó seis contenedores con 21 millones de pastillas de esa sustancia, destinadas a la Zona Libre de Corozal, a 14 kilómetros al Suroeste de Chetumal.

Según informes de la Policía de Belice, ese país es utilizado como punto de transbordo de la pseudoefedrina hacia México.

Comercio fronterizo

Por otra parte, la balanza monetaria, que se encuentra a favor de Guatemala, ha provocado también que se incremente el comercio informal en este punto fronterizo.

Este municipio es dividido por el río Suchiate del poblado de Tecún Umán, Guatemala, que es conocido como la “Tijuana guatemalteca”, donde operan las bandas dedicadas al tráfico de drogas, armas, indocumentados, autos robados y la trata de personas.

En tanto México y Guatemala planean desplegar militares y policías el próximo año, la frontera Sur sigue abierta a la ilegalidad.

‘Vengo cada cuatro días a surtirme de mercancía’

Las improvisadas balsas construidas con neumáticos de tractor y tablas que navegan por el río Suchiate, el cual divide a México y Guatemala, no se dan abasto para transportar el contrabando de mercadería en la frontera Sur.

La falta de vigilancia es aprovechada por decenas de comerciantes y amas de casa del vecino país, quienes se surten de mercancía, aprovechando que la balanza monetaria se encuentra a favor de Guatemala.

En los embarcaderos informales ubicados en la orilla del afluente, conocidos como Paso Limón, Los Rojos, Palenque, Coyote y Armadillo, las balsas esperan su turno para ser cargadas con mercancía y pasaje.

Desde hace siete años, Aurora Chijul viene a surtirse de abarrotes y comestibles para su tienda en el poblado Pajapita, San Marcos, a 25 kilómetros de la frontera con México.

“Así mantengo a mis hijos. Vengo cada cuatro días a surtirme de mercancía aprovechando que el quetzal vale más que el peso”, dice.

La mujer, de 45 años, comenta que la necesidad la orilló a desempeñar esta actividad desde que se separó de su esposo. “Es poco lo que se gana, pero sale para ir comiendo”, explica mientras su mercancía es embarcada.

—¿Qué lleva?

—Refrescos embotellados, cervezas, huevo, harina para tortilla, galletas, cereales, dulces, papel higiénico, sopas, sal, aceite, frituras, café instantáneo, dulces, jabón en polvo, pasta dental, arroz, frijol, de todo un poco.

—¿No se lo decomisa la policía?

—No. Les da uno para sus aguas y no le dicen nada, todos lo hacen así.

A diario, a la orilla del río Suchiate, se observa el ir y venir de las balsas cargadas con mercancías de contrabando.

Trastes, pintura vinil, ropa, zapatos, legumbre, flores, frutas, maíz, café y azúcar, son productos que ingresan de territorio mexicano, refiere José Luis, un joven guatemalteco de oficio camarero, persona que dirige la balsa.

Al igual que el resto de los comerciantes de su país, Sofía evade el pago de impuesto al cruzar la mercancía de manera ilegal por el Suchiate.

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