Tropas indias mataron al menos a 13 manifestantes musulmanes al disparar ayer contra miles de personas que desafiaron un toque de queda en Cachemira, en el día más sangriento de casi dos meses de disturbios que han sacudido esta región del Himalaya.
Policías y manifestantes se enfrentaron con balas, gas lacrimógeno y piedras, mientras que en Nueva Delhi, los políticos nuevamente no consiguieron encontrar una solución para una crisis que amenaza con destruir los débiles lazos que conectan la región predominantemente musulmana con India, de mayoría hindú.
Musulmanes furiosos se lanzaron a las calles en ciudades y poblados en todo el estado de Cachemira pese al primer toque de queda absoluto impuesto en la región en 18 años, para protestar contra la muerte el lunes de un prominente líder separatista, jeque Abdul Aziz, y otras cuatro personas.
En Srinagar, la principal ciudad en la Cachemira india, unas 100 mil personas se congregaron en el Cementerio de los Mártires para el funeral de Aziz, prometiendo seguir su legado y conseguir la independencia de la región.
La violencia azota Cachemira desde el 23 de junio, cuando musulmanes e hindúes iniciaron una serie de protestas por una propuesta del Gobierno de transferir tierras a un templo hindú en el único estado indio de mayoría musulmana.
Las protestas han cristalizado el sentimiento anti indio en cachemira en momentos en que las fuerzas indias parecían estar ganando ventajas en su batalla de hace casi dos decenios contra los rebeldes separatistas.
Enormes muchedumbres acudieron al emotivo funeral de Aziz, incendiando neumáticos y ondeando banderas verdes islámicas.