Miembros de las fuerzas de seguridad de Hamas toman parte de un ejercicio de entrenamiento en la ciudad de Gaza. Los policías forman parte de la fuerza creada después de que Hamas tomara el control de Gaza hace un año. (AP)
Desde hace un año, Al Fatah ejerce el control en Cisjordania y Hamas en Gaza, sin que hayan fructificado los esfuerzos para reconciliar a ambos grupos.
El movimiento nacionalista Al Fatah y el islamista Hamas cumplieron ayer un año de su enfrentamiento fratricida, que dividió al pueblo palestino y le dejó a la merced de élites bajo la sombra de la corrupción o el fanatismo.
Al Fatah ejerce desde entonces el control en Cisjordania y Hamas en Gaza, sin que hayan fructificado los esfuerzos para reconciliar a ambos grupos, cuyo cisma promovió Israel -según algunas versiones- pero amenaza con volverse contra el Estado judío.
La expulsión hace ahora doce meses de Gaza de las fuerzas de Al Fatah a manos de los milicianos de Hamas no tenía precedentes desde que a principios de la década de los noventa comenzara a articularse con colaboración israelí la Autoridad Nacional Palestina (ANP).
Los cruentos combates pusieron fin al Gobierno de Unidad Nacional con que las dos organizaciones palestinas trataron de gestionar la inestabilidad institucional que creó en el seno de la ANP la victoria de Hamas sobre Al Fatah en las elecciones de 2006.
Ese triunfo electoral de los islamistas fue el síntoma de que los nacionalistas habían perdido la hegemonía que históricamente mantenían entre los movimientos palestinos y que Mahmoud Abbas, sucesor de Yasser Arafat al frente de Al Fatah, se ha mostrado incapaz de conservar.
Muchos factores se han barajado para explicar ese resultado electoral, pero uno destaca sobre los demás: la corrupción de los dirigentes nacionalistas en el exilio, sobre la que el pueblo palestino adquirió plena conciencia una vez que regresaron para instaurar la ANP.
Hamas ofrecía por el contrario una imagen limpia, basada en un paciente trabajo de asistencia social sobre el terreno y favorecida por los vientos de redención mesiánica que los islamistas han logrado extender en los últimos lustros a través del mundo árabe. Y cuyo poso es el fanatismo.
INTERVENCIÓN ISRAELÍ
Según el movimiento islamista palestino, no habría sido, sin embargo, el fanatismo religioso, ni la corrupción política, el detonante del choque entre Al Fatah y Hamas, sino la intervención de Israel para que el primero de esos grupos se desligara del segundo.
Lo cierto es que la separación territorial e institucional palestina permitió al Estado judío el inicio de su actual negociación con el nacionalista Abbas, que sería imposible con Hamas en la medida en que el movimiento islamista no reconoce a Israel.
Y no es la primera ocasión que Israel es acusado de dividir a los palestinos; ya lo fue a finales de la década de los ochenta, cuando se fundó Hamas en medio de denuncias de que se trataba de un grupo alentado por el Estado judío para debilitar a la entonces todopoderosa Al Fatah.
Pero si esa estrategia beneficia a corto plazo a Israel, a largo le resulta desastrosa.
El objetivo de la actual negociación es crear un Estado palestino en Jerusalén Este, Cisjordania y Gaza, y nadie sabe cómo el plan se aplicaría en ese último territorio ni cómo insertar de nuevo a los islamistas en la ANP y que abandonen la lucha armada.
Eso en el mejor de los casos, porque el proceso de paz en curso podría dar un frenazo si el primer ministro israelí, Ehud Olmert, se ve obligado a dimitir, por un asunto de corrupción, y se convocan en el Estado judío unas elecciones anticipadas que según todos los sondeos ganaría el partido Likud, cuya intransigencia con los palestinos linda el fanatismo.
Hamas espera respuesta de Israel a tregua
Una delegación del movimiento islamista Hamas viajó ayer a El Cairo para obtener la respuesta de Israel a la oferta de tregua que le presentaron hace dos meses con la mediación de Egipto.
Ayman Taha, portavoz del movimiento islamista en Gaza, confirmó a la prensa el viaje de la delegación desde Damasco, donde se halla la sede de su Buró Político, que encabeza Khaled Meshal.
Egipto media entre las partes desde hace meses para conseguir un acuerdo que ponga fin a los ataques palestinos con cohetes contra el territorio israelí, y a los ataques y el bloqueo israelí a la franja de Gaza.
Según el diario en árabe As Shark al Awsat, que se publica en Londres, Israel ha aceptado que las negociaciones para una tregua sean separadas de las que se llevan a cabo para la liberación del soldado Guilad Shalit, cautivo en la Franja desde 2006.
De ser así, las negociaciones podrían experimentar un impulso en los próximos días.
Posible, lograr ‘avances’ en Oriente Medio
El enviado especial del Cuarteto (EU, la ONU, la Unión Europea y Rusia) a Oriente Medio, el ex primer ministro británico Tony Blair, ve posible que se logren “avances” en el proceso de paz antes de que concluya el mandato del presidente estadounidense, George W. Bush.
“No hay ninguna duda de que hay un gran compromiso de los estadounidenses en esto”, aseguró el ex líder laborista en una entrevista que publicó ayer el diario británico “The Guardian”, con motivo del primer aniversario de su dimisión, el 27 de junio de 2007.
En ese sentido, Blair destacó cómo la secretaria de Estado de EU, Condoleezza Rice, ha hecho “muchas visitas” a la región y “el propio Bush ha estado dos veces”.
“Aún creo que se van a producir avances durante lo que queda de esta Presidencia (estadounidense)”, afirmó Blair, que consideró “lo verdaderamente importante” es que el próximo mandatario de EU mantenga la búsqueda de una solución al conflicto entre sus prioridades.