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Gloria olímpica

Jaque mate

Sergio Sarmiento

“Ganar no lo es todo, pero la voluntad

de ganar sí lo es”.

Vince Lombardi

Al final el desempeño de México en los Juegos Olímpicos fue mejor de lo que se esperaba. Por las dos medallas de oro de nuestros taekwondoin, México concluyó en el lugar 31 de las 204 federaciones en la lista que sólo toma en cuenta a los ganadores. En la tabla del total de medallas, las tres que consiguieron nuestros deportistas nos ubican en el número 51.

El que Guillermo Pérez y María del Rosario Espinosa hayan hecho que sonara el himno nacional dos veces en las ceremonias de premiación, con la emoción singular que esto representa, compensó muchos de los sinsabores de los juegos. Poco ha importado que estos dos triunfos hayan sido en un deporte que la mayoría de los mexicanos no conoce ni entiende. Hoy el tae kwon do puede convertirse en la disciplina de moda entre los niños y los jóvenes mexicanos.

Es claro, sin embargo, que como país estamos muy lejos de tener el desempeño que podríamos alcanzar. Jamaica, con apenas 2.7 millones de habitantes, obtuvo 11 medallas en total, seis de ellas de oro. Nosotros con 106 millones de mexicanos nos quedamos con apenas tres.

Y no sólo Jamaica. Cuba y España, por mencionar sólo a algunos países, tuvieron desempeños que rebasaron con mucho el de México, a pesar de contar con poblaciones significativamente menores. Estas naciones nos han mostrado el camino que un país debe seguir para obtener ese éxito en el deporte de alto rendimiento que los intelectuales y muchos políticos desprecian pero que es una necesidad psicológica para un país. La clave del éxito radica en entrar a las escuelas desde temprano para seleccionar talento y fomentar su desarrollo.

El éxito en el deporte de alto rendimiento requiere de inversión. Esto lo vemos en China, un país cuyo Gobierno ha dedicado montos muy importantes de recursos durante décadas para preparar atletas, lo cual le ha permitido en un tiempo muy corto alcanzar ese anhelado primer lugar en medallas de oro. Cuba, si bien tuvo un descenso sobre los desempeños de Olímpicos anteriores, sigue ofreciendo resultados excepcionales: 24 medallas en total, dos de las cuales son de oro. Pero esto también ha costado dinero y esfuerzo.

Estamos acostumbrados a juzgar el rendimiento deportivo por la cosecha bruta de medallas, pero el rendimiento per cápita nos ofrece una mejor forma de medición. Jamaica, con sus 2.7 millones de habitantes, logró en estos Olímpicos 4.07 medallas por millón de habitantes. Cuba, a pesar de tener un año decepcionante, sobre todo por el pequeño número de medallas de oro, registró 2.14 medallas por millón de habitantes.

Estas son cifras excepcionales, aun si las comparamos con las de los países que han sido presentados por los medios como ganadores en los medalleros. Estados Unidos, por ejemplo, quedó en el primer lugar en medallas brutas y segundo en oro, pero sólo consiguió 0.36 medallas por cada millón de habitantes. Rusia, que ocupó el tercer lugar en las dos listas de medallas, tuvo un mejor desempeño per cápita que Estados Unidos, con 0.51 medallas por habitante. China, la gran campeona en medallas de oro, tiene un desempeño per cápita bastante bajo en medallas totales: 0.07 por millón de personas. España, sorprendentemente, obtuvo más medallas por millón de habitantes, 0.39, que Estados Unidos.

México se encuentra significativamente más abajo, no sólo de España sino incluso de China, con una cifra de 0.02 medallas por millón de personas. Sin embargo, hay países como la India que están bastante peor que el nuestro: tres medallas entre 1,137 millones de habitantes de los competidores indios equivalen a 0.0026 medallas por millón de habitantes.

Quizá el invertir recursos en conseguir un buen desempeño en el deporte de alto rendimiento pueda parecer un simple acto de vanidad para un país como el nuestro, al que le faltan tantas cosas por hacer. La experiencia nos dice, sin embargo, que el deporte de competencia es una forma de generar una actitud de triunfo y de competitividad económica en un país. Por eso países tan distintos como China, Estados Unidos, Cuba, Jamaica y España han hecho del deporte de alto rendimiento una prioridad.

Nosotros también lo podemos hacer. ¿Cómo? Llevando el deporte a las escuelas, promoviendo competencias entre niños y jóvenes, logrando que las empresas privadas se involucren y patrocinen encuentros deportivos o a deportistas con talento.

Hoy muchos políticos y empresarios van a tratar de colgarse de las medallas de Guillermo Pérez y María del Rosario Espinosa. Y está bien que lo hagan. Sólo que hay que empezar desde antes. Tenemos que sembrar y regar si queremos cosechar. Y esto no lo podemos hacer una vez cada cuatro años. Hay que empezar ahora y continuar a lo largo de toda una generación para empezar a ver los primeros resultados.

POR PIEDAD

“Por piedad, les suplico que me devuelvan a mi hija”. Las palabras de la madre de Silvia Vargas Escalera, la joven de 18 años secuestrada desde hace 11 meses, desgarran el corazón más frío. Hemos llegado al límite de lo que la sociedad puede aceptar. El Estado mexicano debe recordar que su responsabilidad fundamental es proteger a los gobernados en su vida, en su libertad y en sus propiedades. Si no cumple con esta función básica, no tiene sentido que realice todas las demás funciones que pretende hacer.

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