Escoltas de la procuradora de justicia golpearon a varios reporteros que intentaban obtener una declaración de la funcionaria sobre la cancelación de su comparecencia en el Congreso.
Entre el grupo de periodistas se encontraba una reportera con seis meses de embarazo, quien recibió un fuerte codazo a la altura del seno derecho, a unos centímetros del estómago.
En medio de un pánico generalizado por una serie de advertencias de ataques en la vía pública y una mañana plagada de amenazas de bomba, la procuradora de Justicia y el secretario de Seguridad cancelaron su comparecencia ante los legisladores, con el apoyo del PRI.