Los jugadores del América, que salieron rumbo a Guadalajara, evitaban los micrófonos temerosos de no poder con los cuestionamientos. La presión está a tope.
Nunca antes, en el tiempo que lleva en México, el argentino Ramón Díaz se había negado a detenerse y hablar de su América. Parece que el discurso optimista se ha terminado, víctima de la realidad del equipo, tan lejos de la Liguilla.
Los pasillos de la Terminal 2 del Aeropuerto capitalino se convirtieron en el escenario de constantes persecuciones. Los jugadores del América, que salieron rumbo a Guadalajara, evitaban los micrófonos temerosos de no poder con los cuestionamientos. La presión está a tope.
No es para menos, el América visita a los Tecos de la UAG, de Miguel Herrera, uno de los equipos de mejor propuesta y resultados dentro del Apertura 2008 que está próximo a concluir sin que los de Coapa puedan alegar que han tenido cierta mejoría en el campo o que han regresado a las finales, ilusión que mantendrán viva de sacar la victoria este viernes en el Tres de marzo, en el que seguramente serán locales en las tribunas, lo que molesta más a los elementos de la Autónoma de Guadalajara.
“El problema es no ganar partidos, ahora necesitamos ganar”, dijo el estratega de las Águila a paso veloz. Nunca paró la carrera rumbo a la sala de abordar, que se convirtió en zona de paz para los presurosos americanistas. “Esperemos poder sacar el resultado, así lo hemos planteado, el empate no nos sirve más”, aseveró.
Hasta ahí las palabras de Díaz. Lo que siguió de parte del estratega americanista fueron monosílabos: “Sí, no, bueno”. Adiós al tipo de amable rostro que hacía frente a los medios con un colmillo más grande que el de un mamut.
Muchos de los viajantes no entendían lo que sucedía en la terminal. Observaban asustados la bola de cámaras y micrófonos que iban a la caza de los jugadores de más jerarquía en el cuadro azulcrema.
Pasó el paraguayo Salvador Cabañas. El primer encuentro con el delantero, de berrinche a mitad de semana, no tuvo resultados. Habló poco y solamente lo hizo del encuentro ante los Tecos.
— En el estadio Tres de Marzo les suelen sacar buenos resultados.
— Esperemos que siga así.
Luego, corrió al refugió que el pase de abordar brindaba.
Con aquellos que detuvieron su paso por educación o por no encontrar camino para escapar, se tocó el tema del “fracaso” que resulta la temporada del América.
“No sé, todavía no sé, tenemos oportunidad”. Con frases como ésta se cuadraron Guillermo Ochoa, Sebastián Domínguez y Enrique Vera, quienes defienden la última posibilidad que tienen en el enfrentamiento contra los tecolotes, seres de oscuridad que planean enterrarles en plena noche de brujas.
“Se habla de que tienen esa posibilidad y muchas cosas más, sobre todo por el torneo que hemos tenido es natural que hablen así. Pero lo único que nos importa es sacar la victoria. Cuando el América no consigue los objetivos se habla de fracaso, pero mientras exista la posibilidad seguiremos en pie de lucha”, insistió Óscar Rojas, uno de los rezagados del grupo.
