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Guerrero vivió un “viernes negro”

Guerrero vivió un “viernes negro”

Guerrero vivió un “viernes negro”

El Cabildo solicita más fuerzas federales para garantizar la seguridad de los habitantes, el retén es insuficiente ante la presencia del crimen organizado.

Vicente Guerrero, Dgo.- Grupo de sicarios abren fuego contra las fuerzas castrenses a las 20:00 horas cuando las familias se disponen a cenar, los comerciantes presienten algo malo y cierran sus negocios, las metrallas suenan en las calles céntricas de la ciudad y el estallido de granadas, marcan el inicio de la batalla.

Fue un “viernes negro” desde la mañana anunciaba su presencia la muerte, cuando en las inmediaciones del entronque a San José de las Corrientes (El Ranchito) se localizan cuatro cadáveres aún no identificados, la noticia se riega como encendido de pólvora por toda la región, cunde el pánico.

Psicosis.- Las familias del centro de la ciudad temerosas comentan que desde temprano vieron camionetas con gente desconocida, cabezas calvas y mal encarados, pero nadie hizo nada, pues de hecho Vicente Guerrero es vulnerable a la violencia generada por el crimen organizado, dada su vecindad con Zacatecas, terreno de los zetas, reconoce el alcalde, Enrique García, con marcada muestra de tristeza e impotencia.

Cabizbajo el alcalde Enrique, acompañado de los regidores Héctor Pérez, Asunción Meraz y Héctor Salas, no pude ocultar su preocupación, espera al resto de los ediles para iniciar una junta extraordinaria de Cabildo, a fin de redactar un oficio para solicitar apoyo a Gobernación, pues requiere más protección del Ejército, el retén resulta insuficiente a estas alturas en que Vicente Guerrero parece zona de guerra.

¿Y la Policía Municipal?, “De nada nos sirve, estamos peleando con resorteras, sin chalecos ni armas, somos vulnerables para los actores del crimen organizado”, añade el edil moviéndose hacia arriba la cachucha, quien viste pans y sudadera y carga una mueca de malestar y dolor.

Una mujer lo espera con el fin de pedirle ayuda para la familia de la joven muerta en el tiroteo, era su amiga –dice- trabajaba en una paletería, desconocen sus nexos con los Cuevas.

Hechos.- Por la noche un vehículo tripulado por sicarios no hacen un alto obligatorio en el retén y disparan sus armas de fuego contra elementos del Ejército, inicia la persecución por el bulevar Las Rosas hasta la zona centro. Van dejando una estela de terror en las personas al sonoro de las metrallas.

Los sicarios se internan en la calle Durango esquina con Alfredo Salinas y allí esperan el convoy del Ejército seguro con intenciones de emboscarlos, les disparan de diferentes flancos, pero los soldados repelen la agresión desde un camión al cual usan como trinchera, logrando hacer huir a los hampones.

La batalla estaba su auge los soldados de la Décima Zona Militar avanzaban al tiempo que caían uno y otro de los sicarios, quienes reculaban por la calle Alfredo Salinas, haciendo uso de grandas de fragmetación para tener tiempo a huir, voltean por la calle Diez de Mayo y hacen estallar otra granada.

Avanzada.- El Ejército no da tregua a la voz de avanzada disparaban sus fusiles dejando en el escenario de la batalla cinco civiles sin vida, entre ellos una mujer, al parecer viuda de uno de los Cuevas, una criatura que cargaba en brazos, su hijo, sale lesionado al igual que otro menor de quien se desconoce nombre.

Son las 11:00 horas del sábado, 159 elementos del Ejército de diferentes batallones permanecen en varios puntos de la ciudad como en la esquina de la calle Durango y Salinas, domicilio de los Cuevas, de donde una grúa saca cuatro vehículos baleados, no sin antes cargar con el camión de los soldados, el cual también muestra las huellas de la batalla en el parabrisas.

Terror.- Todo está en aparente calma, la gente se aglomera en las esquinas para curiosear los movimientos de los soldados, cuyos rostros se ven cansados, no han dormido, pero están firmes en la lucha contra el crimen organizado, así lo hizo ver el mismo general de la Décima Zona, Moisés Melo García, tras mencionar que el enfrentamiento duró algunos 20 minutos, pero para los habitantes de aquí fueron horas de terror.

Una señora de confección delgada dice llamarse Margarita –mamá de los Cuevas- y suegra de la mujer que muere en el tiroteo, aborda a los reporteros para expresar que su familia nada tiene que ver en ese hecho de sangre, la acompaña otra de sus nueras, quien también argumenta inocencia, pero el frente de su casa y ventanas están marcados por los impactos de bala y no saben por qué, culpan a los zetas que tal vez llegaron a su domicilio a pedir ayuda, cuando huían de los soldados.

Las bajas de la batalla según fuentes oficiales fueron 5 sicarios y un soldado herido, así como dos menores. Incluso a las 13:00 horas una ambulancia de la Cruz Roja buscaba el domicilio de uno de los niños lesionados, sin éxito, nadie sabe nada ni quiere saber, para evitarse problemas, dicen.

No fue todo. Cabe mencionar que la misma noche del sábado dos jóvenes que viajaban en un vehículo por la carretera a Súchil a la altura de El Mortero fueron acribillados, con lo cual se suman 11 muertos y tres heridos el mismo día en esta ciudad, convertida en campo de batalla de sicarios y elementos del Ejército.

Cae la tarde con el ánimo de los comerciantes que se quejan de las bajas ventas, pues cuando ocurre un problema como el del viernes los negiocios sufren las consecuencias la gente prefiere no salir de sus casas y los vecinos de los poblados prefieren suspender sus compras para otro día, pues los hogares son presa de la psicosis por la violencia.

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