El Ejército estadounidense anunció ayer que ha liberado a lo largo de este año a 11 mil prisioneros en sus cárceles en Irak, frente a los ocho mil 900 que puso en libertad en todo 2007.
“Con este ritmo de excarcelaciones, el objetivo de liberar a más de 12 mil personas en 2008 será alcanzado a mediados de septiembre”, señaló el comandante Neil Fisher, portavoz militar estadounidense, en un comunicado difundido ayer.
Según la nota, los detenidos, que estaban considerados una amenaza para civiles y militares iraquíes, así como para las fuerzas estadounidenses, “han completado su internamiento y ahora pueden comenzar a llevar vidas productivas”.
Con estas excarcelaciones, el número de presos en manos estadounidenses disminuye a menos de 20 mil, la mayoría de ellos recluidos en las presidios de Buka, en el Sur del país, y Croper, en las proximidades del aeropuerto de Bagdad.
“Una tasa de reincidencia de menos del uno por ciento es la prueba del éxito de los programas (de reinserción)”, agregó Fisher.
Sin embargo, las denuncias sobre el trato de las Fuerzas Armadas estadounidenses a sus prisioneros iraquíes son frecuentes.
Hace tres días, el diario “The New York Times” informó de que tres soldados estadounidenses mataron en marzo o abril de este año con disparos a la cabeza a cuatro prisioneros iraquíes, que estaban esposados y con los ojos vendados, al borde de un canal en Bagdad.
