La Procuraduría General de la República (PGR) aún tiene arraigado más de un centenar de aeronaves por la presunta relación con el narcotráfico, pues se presume que sobrevolaban por la Sierra de Durango y Sinaloa cargadas de enervante y aunque se dice que muchos propietarios de las unidades ya han comprobado que no trabajan para la delincuencia organizada la dependencia federal no las ha regresado.
Sufren las consecuencias.
Las comunidades serranas que se ubican en la región de Las Quebradas en territorio duranguense siguen estando prácticamente incomunicadas ya que su único medio para salir a adquirir víveres era por aire, además también usaban las avionetas para trasladar a sus enfermos a los hospitales de la ciudad pero como el Ejército ha asegurado las aeronaves los pobladores están pagando una consecuencia que no les corresponde.