Ramón Shade, Javier Garza, Vicente Alfonso y Saúl Rosales, durante la presentación de Partitura para Mujer Muerta. (Fotografías de Ángel Padilla)
Piano, violín y cello, serían muy probablemente los instrumentos de Partitura para Mujer Muerta, en eso coincidieron anoche Ramón Shade, Javier Garza y Saúl Rosales, cuando presentaron el libro de Vicente Alfonso.
Partitura para Mujer Muerta se dio a conocer al público lagunero en las instalaciones de El Siglo de Torreón, en donde el autor habló de su trabajo así como de su trayectoria en las letras, la cual inició de la mano del maestro lagunero Saúl Rosales durante sus años de universidad.
“Yo estoy ahora en la situación -gracias a Vicente Alfonso- del maestro que es superado por el alumno”, comentó Rosales.
Por su parte Ramón Shade se disculpó por “arrebatar” el micrófono y de inmediato comenzó a explicar por qué este libro resulta apasionante: “Tenía la inquietud de conocer a Vicente Alfonso y es un hecho circunstancial presentar su libro esta noche, pero lo hago con mucho gusto”, y agregó que existen varios momentos que lo cautivaron como por ejemplo cuando se hace referencia a la Sinfonía No.3 de Beethoven “y es el hilo conductor, justo en medio viene la marcha fúnebre (adagio assai) que es la mitad de la obra”, y añadió que en este texto es posible encontrar a lo que el llama personajes puros e impuros: “Los impuros son aquellos a los que no les gusta y no les interesa la música”.
Javier Garza, director editorial de esta casa editora comentó lo envolventes y atractivos que resultan los personajes, los escenarios pero sobre todo destacó uno de los elementos más importantes de la novela de Vicente Alfonso: “No se queda en los lugares comunes, usa el violín como recurso literario pero Vicente le da el matiz y la intención. Cumple y supera todas las exigencias del género”.
Finalmente Saúl Rosales concluyó en que “Es una gran novela, porque es una novela muy bien escrita por quien tiene conciencia de lo que es la literatura”.
Vicente Alfonso agradeció el apoyo del público pero sobre todo de sus papás: “Quienes fueron mis primeros cómplices con los libros”, luego leyó un texto que escribió un par de horas antes de la presentación sobre el discurso de las armas y las letras de Don Quijote y concluyó.
En resumen Vicente Alfonso logra en Partitura para Mujer Muerta revelar el asesinato casi como una más de las Bellas Artes, exponiendo y refrendando siempre la belleza de la duda, de la incógnita que resulta tan sublime que es preferible nunca descifrarla.
Con Partitura para Mujer Muerta Vicente Alfonso obtuvo el Premio Nacional de Narrativa Policiaca IPAX en 2007.
El autor de este libro fue becario en el área de Narrativa del Fondo Estatal para la Cultura y las Artes de Coahuila en 2002-2003.
Es también autor de La Laguna de Tinta y El Síndrome de Esquilo. Con el trabajo Al Norte con Pancho Villa ganó el Premio Estatal de Periodismo Coahuila 2007, y por Precisiones sobre el Caos recibió el Premio AFA 2003.
Algunos de sus cuentos aparecen en las compilaciones Di Algo para Callar este Silencio. Celebración por Raymond Carver (Lectorum, 2005) y El Crimen como una de las Bellas Artes (Icocult 2005).
Varios de sus trabajos han sido publicados por revistas como La Gaceta del Fondo de Cultura Económica (FCE), Este País, Tierra Adentro y por el semanario Proceso.