HABIENDO REALIZADO la Iglesia Católica Apostólica y Romana una amplia y controvertida consulta entre sus más preclaros conocedores de los textos bíblicos, resultó finalmente que ni el Limbo ni el Purgatorio existen. Con ello miles de niños que se encontraban en el Limbo gracias a la irresponsabilidad de sus padres por no haberlos bautizado en tiempo y forma, salieron directa y sin traba alguna al mismísimo reino de los cielos para hacer compañía a San Pedro, los ángeles y sus querubines.
PERO A LOS MAYORES, el gusto nos ha durado muy poco, pues nunca falta alguna persona que trata de hacernos daño u obligarnos a pasar malos ratos. Resulta ahora que el Gobierno Federal ha tenido la perversa y a la vez genial idea, de mandar directamente a los mexicanos, no ya al viejo Limbo o Purgatorio, sino a los mismísimos infiernos para que purguen por una eternidad su pecado de no haber pagado sus impuestos.
SE TRATA de que el señor Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, el cobrón (por aquello de que es el cobrador más grande del país, no por otra cosa), y jefe del Servicio de Administración Tributaria (SAT), ha resuelto: mandar a los causantes morosos del fisco federal y que no le hayan pagado a “lolita” sus impuestos, directamente a los archivos del tenebroso, temido y odiado Buró de Crédito.
SEGÚN INFORMARON de la Secretaría de Hacienda, el SAT acaba de remitir y registrar en el Buró de Crédito a más de 27 mil mexicanos morosos; pero que además, tiene pendiente de inscribir en la llamada nueva “Santa Inquisición”, a otras 56 mil almas. Con ello serán 83 mil nuevos mexicanos que deberán purgar sus penas, que como lo dispone la Ley para la Regulación de las Sociedades de Información Crediticia, pasarán por lo menos diez años en el banco de datos de tan temida organización, paguen o no paguen su adeudo, pues así lo dice la Ley.
INFORMÓ EL ZAR del SAT, que la medida tomada ha sido necesaria toda vez que a la fecha el fisco federal atiende más de 250 mil juicios fiscales en contra de los causantes y más de 140 amparos interpuestos por los contribuyentes.
COMO PODRÁN adivinar nuestros lectores, el siniestro Buró de Crédito se está convirtiendo en el banco de datos más grande de México, por aquello del infinito número de ciudadanos y sociedades morales que han sido inscritas, en sus funestos y tenebrosos archivos.
SI EL GOBIERNO tiene ahora la desvergüenza de registrar a los contribuyentes morosos en la infausta organización de información crediticia, poco le queda por hacer al mexicano común y corriente. La medida lo inhabilitará para conseguir cualquier tipo de crédito para tratar de sanear la empresa o negocio de donde se originaron sus adeudos fiscales. Quedará fuera del sistema financiero y por más de diez años no podrán ser sujetos de crédito. Lo que quiere decir que murió para el sistema bancario, financiero, comercial y de negocios.
EXPULSADOS así del mundo de los negocios, millones de mexicanos deambularán como almas en pena de un banco a otro, en busca de un crédito para el apoyo de su negocio o empresa, pero todo será en vano. El mismo fisco los ha puesto en un estado total de insolvencia y fuera de cualquier posibilidad de levantarse de su postración fiscal y de sus propias actividades comerciales.
DE AHÍ que nos veamos en la necesidad de recordar nuevamente los sagrados pronunciamientos del Vaticano, en el sentido de que el Limbo no existe y que el Purgatorio tampoco, pero lo que sí existe para pena y dolor de los contribuyentes mexicanos, es el infierno que nos anuncia el SAT y que cumple metiendo a millones de ciudades y personas morales en la selecta lista de morosos del fisco federal en el mero infierno, más conocido como el tenebroso Buró de Crédito.
DIOS NOS agarre confesados a todos.
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