Hoyos negros de masa intermedia como éste podrían ser semillas de los supermasivos.
Científicos de las universidades Nacional Autónoma de México y de Texas, en Austin, Estados Unidos, encontraron el llamado "eslabón perdido" de los agujeros negros en el cúmulo de estrellas Omega Centauri, visible a simple vista.
Los astrónomos Eva Noyola, quien cursó la licenciatura en Física por la UNAM, integrante del Instituto de Astrofísica Max-Planck, y Karl Gebhardt, de la institución texana, dedujeron que ese cúmulo estelar puede albergar a un hoyo negro de masa intermedia.
Según un comunicado de la UNAM, Noyola indicó que su descubrimiento permitirá comprender la forma como evolucionan hasta formar hoyos negros supermasivos, más grandes que los encontrados en el núcleo de muchas galaxias.
Además, con los estudios realizados en el Observatorio Géminis y el Telescopio Especial Hubble se ofrecen pruebas convincentes que los agujeros negros existen.
En su trabajo, dijo, se muestra que hay materia no luminosa equivalente a 40 mil veces la masa del Sol en el centro de Omega Centauri. Se trata de un agujero negro, indicó, más grande que un estelar negro, pero no tanto como los de variedad supermasiva.
Los expertos midieron los movimientos y el resplandor de estrellas en el núcleo de este cúmulo masivo en dos acercamientos, que indicaron la presencia de un objeto masivo, oculto entre los hados del cúmulo.
El hecho de encontrar un agujero negro en el núcleo de Omega Centauri, señaló Eva Noyola, puede tener implicaciones para el historial del cúmulo en sí. También se estaría a punto de descubrir el mecanismo para la formación de los primeros.