EN EL CENTRO. El negocio está a media cuadra de la Plaza de Armas de Torreón.
En medio de un charco de sangre, y con cable de teléfono alrededor de su cuello, yacía el cuerpo de Rodolfo Irán Dávila Valenzuela. El macabro descubrimiento lo realizó el padre del dueño del local donde trabajaba el joven, ayer, cerca de las 20:30 horas.
En el desorden
Carlos Gutiérrez, propietario del local comercial ubicado en Morelos 1168 poniente, en Torreón, le llamó a su padre para que de favor acudiera a ver qué pasaba en su negocio, puesto que se había tratado de comunicar con su empleado, Rodolfo Irán, sin éxito. Carlos le llamó desde Monterrey a su padre, quien fue a la tienda. Al ver que la puerta estaba cerrada, utilizó unas llaves para abrir el par de cerraduras de la puerta principal. El establecimiento se encontraba en total desorden por dentro, en el baño estaba tirado el joven de 21 años, con un cable telefónico alrededor del cuello. Fernando Vela, agente del Ministerio Público, acudió al lugar para dar fe del deceso.