No era una sino dos las osamentas encontradas el pasado miércoles 26 de marzo durante la remodelación de la iglesia de San José, ubicada en San José de Bella Vista, municipio de Mapimí, Durango. Los restos óseos eran de una mujer y un niño y se presume que tienen 100 años de antigüedad.
Una mujer de entre 50 y 60 años de edad y un niño de aproximadamente 10 años, es el cálculo del Servicio Médico Forense en base a los restos óseos localizado por albañiles y que reportaron a los agentes de la Dirección Estatal de Investigación (DEI), en La Laguna de Durango.
Inicialmente se informó que el hallazgo fue de una osamenta que constaba de un cráneo, fémur y pelvis, y que sería entregada a los agentes del área de Peritos, en la Subprocuraduría, los cuales se encargarían de analizar los restos humanos.
Los primeros reportes también señalaban que estudios de porosidad arrojaron como resultado que pertenecían a una persona que dejó de existir hace más de diez y menos de 20 años, según la información proporcionada por el Servicio Médico Forense.
Como se informó en su momento los elementos de la DEI destacamentados en Mapimí acudieron al llamado de una persona de nombre Manuel Rubio García, de 67 años, quien se desempeña como contratista de obras, pues él y sus trabajadores se disponían a levantar unos castillos para la ampliación de una iglesia que fue construida hace dos años en el citado poblado.
Agregó que cuando llegaron los agentes comprobaron que los restos habían pertenecido a una persona y de inmediato dieron parte al médico legista para que se hiciera cargo, mientras ellos iniciaban con la investigación correspondiente.