Centro de Desarrollo Para Personas Ciegas y de Visión Baja
(TERCERA PARTE)
Te he platicado en domingos pasados a cerca de Manolo, de ocho años, con diagnóstico inicial de ceguera legal, y hoy con estimulación que ha recibido en Ver Contigo, su escuela y su casa, ya tiene un tratamiento de visión baja moderada. Manolo ya es más consciente de su “realidad”, pero como ya comenté no de manera nefasta, sino natural ya que paulatinamente le preparamos desde bebé para que aprendiera a vivir con una limitante que no le debía de detener para lograr lo que se propusiera. Y sí, llegó el día que su papá y yo tanto esperábamos: preguntó Manolo “Mamá, ¿por qué soy de visión baja?”, y él mismo continuó: “Sí, Ignacio y Sara no batallan como yo, entonces ¿son de visión alta? Me quedé en blanco, pero lo maravilloso fue que él mismo dio la pauta, él mismo determinó una categoría para quienes vemos de manera normaliza “visión alta” y para quienes no ven nada “visión cero”, entonces quedé sorprendida y confirmé que la percepción de su limitante era muy natural. Continué reforzando lo que él mismo concluyó: “Sí corazón, hay más personas que usan lentes para leer o para ver de lejos, son de visión media”. Claro, él continuó preguntando, ¿y cuándo voy a ser de visión alta?, y le contesté “hay cosas que no se pueden cambiar en esta vida, y debemos de ser conformes”. “Yo soy morena y estoy conforme con eso y ya es parte de mi personalidad a la vez me hace ser especial y no deseo cambiar, además, nunca lo voy a lograr”. “Eso sí, tengo que cuidarme para no ser más morena, así que evito el sol y si salgo me pongo bloqueador, me tengo que cuidar, así que tú también te debes de cuidar; ponerte siempre las gotitas, no quitarte los lentes, y no ponerte la mano en el ojo, a lo mejor lo haces porque ves algunas lucecitas por dentro, pero eso no es bueno pues te puedes dañar”. “Te haz esforzado y haz aprendido mucho, tú mismo haz logrado pasar de visión cero a visión baja y si te sigues esforzando y cuidando puedes llegar a ser de visión mediana”. Continuó él, “Entonces, debo de cuidar mi cuerpo”, le contesté, “Sí, y siempre atender lo que te digan tus maestras en la escuela y en Ver Contigo”, “Y, mamá, cuantas personas hay de visión baja”, “Son pocas” le contesté. Hoy ya asiste a psicología en Ver Contigo, para asegurar que sus dudas queden clarificadas y continuar elevando su autoestima, que servirá también para que él mismo responda cuando sus compañeros le pregunten sobre sus ojos y él mismo no se sienta menos, incluso hasta contestar de manera natural, pues él ya entiende que así como la vida, la naturaleza está llena de contrastes, unos niños son morenos y otros güeros, como el día o la noche, lo son la “visión cero” (ceguera,) o la “visión alta” (como la mayoría de la gente). Además propiciando su sentido del humor también podrá afrontar con naturalidad cuando otros niños le pregunten qué tiene, ya que no siempre estaremos nosotros para cuidarle, será él quien se defienda si cuenta con todos los elementos importantes como los que te he venido comentando. Continúo el próximo domingo con la cuarta parte.
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