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Hola!! Ver Contigo LLAMA / “Mamá, ¿por qué soy de visión baja?”

Cecilia Cardiel

Centro de Desarrollo para Personas Ciegas y de Visión Baja

(Cuarta parte)

Te he platicado en domingos anteriores de elementos importantes para que un niño con discapacidad, según crezca, pueda afrontar con naturalidad su limitación. He recalcado la importancia de que la familia, en coordinación con asociación y escuela, colabore para elevar su autoestima, propiciarle sentido del humor y enseñarle a suplir con la integración de los otros sentidos, la falta de uno de ellos, en este caso del sentido visual.

Es hoy, precisamente en el Día del Padre, que quiero cerrar esta serie, por la relevancia de su aportación en la educación ya que pueden contribuir en mucho en la personalidad de sus hijos, desarrollo emocional y autoestima, de lo que hoy les hablo. Te platico: hace unas cuantas generaciones por cuestión cultural sólo los hombres podían desempeñar ciertas actividades dentro de la familia. Hoy, algunos papás han venido adecuando su rol colaborando más, además escuchamos cada vez menos frases como: “hijo, aguántate como los machos”, “los hombres no lloran”, “deja eso, que jugar con muñecas o a la comidita es de mujeres”. Hoy vemos cómo se integra y comparte con la madre otros roles, cómo ayudarle a cambiar pañales, ocuparse también de la educación de los hijos, etc., y por otro ya cada vez son más los padres que reconocen sin tanta resistencia cuando se equivocan o manifiestan sus emociones delante de los hijos; como el estar tristes, enojados o cuando tienen un gran dolor. Hoy estas manifestaciones son fundamentales para la educación de todos los hijos y para una mejor comunicación en la adolescencia y de manera especial lo es para cuando tienen un hijo con alguna limitación sensorial, incluso si acentuamos el tono de voz según la emoción, al niño le ayudará a reconocer sus propios errores o fallas. Podrá decir cuando se equivoca, si desea algo o no está a gusto, mostrará sus propios sentimientos; cuando esté triste, contento, enojado. Él también será capaz de reconocerlos y aprenderá a decir “quiero que me ayudes a...” o a decir “gracias, no me ayudes, yo puedo solo”.

De esta manera nos enseñará cuándo debemos de ofrecerle nuestra ayuda y cuándo no. De hecho, si alguna vez has visto a una persona ciega en la calle y te ha tocado ofrecerle ayuda y te ha contestado: “no, yo puedo”, incluso con un poco de disgusto, (ya que debe de poner todos sus sentidos y estar atento para percibir la dirección de los sonidos, el aire, etc.) No te preocupes, han sido entrenados para ello. Y sí, continúa ofreciendo tu ayuda, sólo que ahora le podrás decir, “si requieres ayuda, dime”, así le harás saber que está alguien dispuesto cerca de él para ayudarle si lo necesita. Muchas personas con discapacidad están renuentes a la ayuda, pues se confunde la ayuda con la misericordia y es importante tener claras las diferencias para que la ayuda se dé cuando realmente hace falta. De esta manera será más natural la conciencia que vamos tomando de que ellos pueden y crecerán sin rencores hacia la vida. Por esto es importante que desde pequeños conozcan sus límites y potencialidades. Entonces tómales en cuenta, si son pequeños, dales lugar en el espacio en que se encuentren, dales responsabilidades como darle de comer al perro, recoger su ropa, limpiar lo que él mismo tira, lavar platos. En un salón de clase recoger las tareas, repartir recados, etc. Hoy algunos niños de Ver Contigo ya expresan a sus 12 y ocho años, lo que desean ser de grandes, como Edson tiene claro estudiar para ser director de una escuela o asociación o como Manolo que quiere ser locutor, por todos los sonidos que puede inventar. Tomarles en cuenta contribuirá para su seguridad. Y si son niñas emponderaremos su condición de mujer y su estima se elevará lo suficiente para afrontar mejor cualquier limitación física. Entonces TODOS tenemos la oportunidad de apoyar de manera indistinta, que sean autosuficientes y emocionalmente saludables para enfrentar los retos que ellas y ellos quieran ponerse en la vida. Así, adquirirán la suficiente valentía para luchar por los ideales que persigan, sea de estudio, trabajo o de formar su propia familia. Qué gran orgullo que tú puedas contribuir a hacerles conscientes y así potencializar sus propias capacidades. Entonces, cuando un niño con ceguera o visión se pregunte ¿Por qué soy ciego o de visión baja?, tú le habrás ayudado para prepararse y que él mismo se pueda responder...

Punto de contacto:

cecycardiel@hotmail.com

www.vercontigo.org.mx

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