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¡Hola! Ver Contigo Llama / NUESTRA VISIÓN IMPORTA

Dr. Ricardo Bahena Trujillo

Centro de Desarrollo para Personas Ciegas y de Visión Baja

El origen de la vida está ligado al origen de la visión, ya que después de que se forma la membrana celular, se formó la maquinaria encargada de recibir señales luminosas. En esta muy temprana etapa de los primeros organismos celulares surge la primera versión de la visión. Es hasta después de millones de años de ensayo que la naturaleza otorgó a los seres humanos un sistema visual que es una extensión del cerebro mismo, por lo que tiene vigencia la observación de que el alma asoma a través de dos ventanas, nuestros ojos.

El desarrollo de la visión es paralelo a la implementación de tareas humanas, por ejemplo, en las primeras comunidades la selección de los mejores cazadores recaía en aquéllos con visión lejana fina, pues les permitía identificar a las presas, mientras que las personas con visión cercana se relegaban en la aldea y no les quedaba más que poner atención a las historias épicas de los cazadores para después, dentro de una cueva y con algunos colorantes, dejar testimonio gráfico de tales hazañas. Ahora las actividades se caracterizan por explotar las capacidades de sensopercepción en distancias cortas, como las de oficina, cocina, la escuela, uso de computadoras. Esta modificación social ha traído consigo la expresión de alteraciones precisamente en esta distancia de trabajo y que se caracterizan por afectar la capacidad acomodativa de las personas.

Somos, como primates, animales que dependemos en mucho de nuestra orientación visual, pues la información de los detalles, de las formas gruesas, del movimiento, profundidad, intensidad de iluminación, y el color nos permiten reconstruir nuestro universo exterior en imágenes que nos permiten responder eficientemente a todos los estímulos. De hecho, más del 70 por ciento de la información sensorial que nuestro cerebro recibe y procesa es de origen visual. Sin embargo es sólo cuando nuestro sistema visual se altera temporal o de forma definitiva, de manera parcial o total, cuando valoramos lo importante que representa no sólo para la vida propia, sino para la sociedad, impactando incluso a nivel de toda una nación. Basta tener en cuenta que cuando una persona tiene ceguera o visión baja, las oportunidades de trabajo, relación social, atención especializada, acceso a las actividades lúdicas, se ven disminuidas de forma drástica.

El programa Visión 2020 de la Organización Mundial de la Salud indica que cada cinco segundos una persona en el mundo se vuelve ciega; cada minuto, esa persona es un niño y de este grupo de edad, tres de cada cinco mueren dentro del primero o segundo año. Los que quedan sobreviven 40 años, 80 por ciento de ellos en las comunidades más pobres, que no tienen acceso a los servicios de salud. La visión impacta nuestra vida y el fin de ella, pues aunado a lo anterior un reporte de la Sociedad Americana de Geriatría indica que la mortalidad en mujeres mayores de 65 años se duplica cuando éstas tuvieron menor agudeza visual. Para nuestro México eso significa 24 afectados cada hora y de ello dos son de nuestra población infantil.

Entendamos, cuidemos y disfrutemos de este regalo que los dioses han construido para nosotros a lo largo de muchos millones de años para facilitarnos la existencia, para ser más conscientes de nuestra pertenencia al universo mismo.

El Dr. Ricardo Bahena es titular de Optometría en el Instituto Politécnico Nacional, y miembro del Consejo Mexicano de Optometría Funcional. Ha colaborado y apoyado al módulo de Visión Baja de Ver Contigo.

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rbahena@ipn.mx

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