Siguen llegando al santuario miles de peregrinos para solicitar, agradecer o simplemente rendir homenaje a la 'morenita del Tepeyac' en su día. (EFE)
Decenas de peregrinos que pernoctaron en el atrio y en los alrededores de la basílica de Guadalupe se preparan para participar en la misa de bendición de las rosas que celebrará el cardenal Norberto Rivera Carrera.
En la explanada del recinto algunas casas de campaña son recogidas por los feligreses, las cobijas enrolladas y las maletas que portan son preparadas para, una vez que concluya la celebración eucarística, emprender el regreso.
No obstante, la mayoría aún permanece dentro de éstas y somnolientos se encuentran recostados tratando de descansar luego de largos recorridos a pie, en bicicleta o en camiones.
En tanto, siguen llegando al santuario miles de peregrinos para solicitar, agradecer o simplemente rendir homenaje a la "morenita del Tepeyac" en su día, mientras que los servicios de emergencia, Protección Civil y Locatel siguen su labor.
En algunos domicilios cercanos a la basílica se encuentra en su apogeo la venta o en el mejor de los casos obsequio de café, pan y toda clase de alimentos.
Mientras que los patios de algunas viviendas particulares fueron acondicionados para ofrecer resguardo a las bicicletas a un costo que va de 10 a 20 pesos, pues con éstas no pueden entrar al atrio.
Son comunes las escenas como la de un joven llamado Carlos, quien junto con su familia ha estacionado su camioneta en la calle de Misterios con la cajuela abierta, en donde se pueden apreciar tres grandes ollas de café y bolsas de pan.
"Estoy repartiendo mil vasos de café y 500 piezas de pan para pagar una manda porque la virgen me ayudó a salir de un lugar: sí, de la cárcel, en donde estuve por una riña callejera y ahora mi familia quiere agradecer a nuestra santísima madre", explicó.
También empleados del gobierno local reparten de manera gratuita agua embotellada y café a los feligreses que llegan por las diferentes calles al santuario, algunos de los cuales se detienen en los puestos de comida a degustar su desayuno de tamales y atole, quesadillas, pambazos y todo tipo de antojitos mexicanos.
Jóvenes vestidos con ropa deportiva de un sólo color distinguen a los diferentes grupos de peregrinos que siguen llegando al templo, muchos de ellos encabezados por quienes portan una gran imagen o efigie de la Guadalupana o un estandarte que revela su procedencia, de recónditas localidades de todo el país.
También familias completas, integradas por ancianos, adultos, jóvenes, bebés, acuden al templo a "visitar" a la virgen de Guadalupe en su día.
Sobre todo, destaca la cantidad de peregrinos procedentes de los estados de Tlaxcala, Puebla, México, Guerrero y de las distintas delegaciones y colonias del Distrito Federal.
