Un huevo brinda 50% de la recomendación de la ingesta diaria de vitamina B12, pero debe comerse cocinado.
La idea de que el huevo es un alimento peligroso no pasa de ser una leyenda urbana, pues a las únicas personas que realmente les puede causar un malestar son aquellas que son alérgicas a su consumo.
La nutrióloga del Instituto Nacional Avícola, María Teresa Rull de Stern, nos cuenta que se puede decir que se trata de un “alimento indispensable en la dieta de cualquier persona”. Lo que es más, si a alguien, especialmente los niños, no les gusta su sabor, incluso se puede presentar de maneras disfrazadas.
En la cocina, se le cambia el sabor al combinarlo con otros alimentos y de hecho muchas comidas lo contienen sin que se perciba.
La especialista llama la atención sobre el hecho de que los bebés no deben consumirlo antes de cumplir un año, pues llega a ser un agente que desencadena alergias.
Las personas que padecen alguna enfermedad y reaccionan mal a este alimento están obligadas a tomar medidas precautorias.
Más allá de las excepciones es bueno consumirlo, pues es de los alimentos más ricos en nutrimentos, digeribles: un huevo brinda 50% de la recomendación de la ingesta diaria de vitamina B12, pero debe comerse cocinado.
Verdaderamente de sabor agradable
La nutrióloga apunta que posee una importante carga de antioxidantes, ya que los caetenoides de la yema son carotenos cuyas propiedades ayudan a reducir el envejecimiento y el efecto de los radicales libres, con lo que ayuda en la prevención de enfermedades.
Pero su potencial va más allá, agrega que aporta vitamina E, que contiene lecitina y lípidos (grasa) que en el intestino ayudan a que no absorba el colesterol.
Una pieza al día es más que suficiente, pero para mantenerlo como un alimento sano no se debe combinar con tocino o chorizo, que son alimentos cargados de grasas y que pueden resultar dañinos para el organismo por sus efectos colaterales en la sangre.
Consumir dos huevos al día no pasa nada, siempre y cuando no existan factores de riesgos como la diabetes, obesidad u otras problemas que tengan que ver con el metabolismo.
El estilo de vida sedentario y otras cuestiones son las que afectan la salud, ya que causan que se disparen los lípidos; los alimentos no son ni buenos, ni malos.
