La Arquidiócesis Primada de México reprobó la pasividad de la clase política y el Gobierno mexicanos ante la decisión de la Suprema Corte de Justicia de Estados Unidos, al declarar no obligatoria para el Gobierno de Texas la revisión de los procesos de 51 mexicanos condenados a muerte en las cortes estatales.
“Es una vergüenza que en la plena celebración de la Pascua, la fiesta de la vida, la Suprema Corte de Justicia estadounidense sea pregonera de la muerte, y México sea ejemplo internacional de pasividad, indolencia y cobardía”, sostuvo la institución eclesial en el editorial de su órgano informativo Desde la Fe.
La Arquidiócesis lamentó que la Corte de Estados Unidos ignore de esa manera el fallo que dictó la Corte Internacional de Justicia de La Haya en 2004, tras determinar que en la detención de los 51 sentenciados se violaron sus derechos a la asistencia consular que concede la Convención de Viena de 1963.
Advirtió que EU continuará con esa conducta soberbia y racista hasta que el Gobierno mexicano asuma una actitud firme, que lo haga respetable, y por fin responsable, de la suerte de millones de mexicanos “a quienes la pobreza ha expulsado debido al fracaso de los proyectos sociales que no han generado bienestar y mucho menos progreso”.
Cuestionó: “¿Qué hacen nuestra clase política y nuestros gobernantes por defender a estos mexicanos?” y preguntó si tendrán un poco de tiempo “en medio de sus innumerables conflictos internos y externos y la lucha encarnizada por el poder”, para defender no sólo a quienes están a punto de ser asesinados, sino a los millones de inmigrantes cuyos derechos se violan todos los días.
En el texto, titulado “La tremenda Corte de Estados Unidos”, la Arquidiócesis afirmó que la atribución de dar o quitar la vida “corresponde sólo a Dios”, y que no sobra recordarle a Estados Unidos, un país que se dice cristiano, el quinto mandamiento, que ordena ¡No matarás¡”