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Ilusiones sin futuro

El fracaso más sonado previo a Beijing 2008 fue la eliminación del torneo preolímpico de la Selección Nacional de futbol. (Fotografías de EFE, El Universal y cortesía de Conade)

El fracaso más sonado previo a Beijing 2008 fue la eliminación del torneo preolímpico de la Selección Nacional de futbol. (Fotografías de EFE, El Universal y cortesía de Conade)

El siglo de torreón

Dos medallas de oro y una de bronce es el saldo de México al terminar los Juegos Olímpicos Beijing 2008, la situación es triste y requiere cambios drásticos e inmediatos, pero las autoridades deportivas parecen incompetentes. ¿Cuál es la realidad del deporte mexicano? ¿Existe una estructura deportiva sólida? ¿Se desarrolla la alta competencia? ¿Cuenta México con entrenadores especializados para la enseñanza del deportista? En cuatro respuestas parecen estar las razones de la pobreza indudable que existe en el deporte nacional, en todos sus niveles.

La realidad del deporte mexicano se vio en Beijing 2008, sólo dos federaciones parecen trabajar adecuadamente, el tae kwon do y la natación, pero en muchas otras la corrupción, los compadrazgos y los favoritismos representan un freno que parece inamovible.

En teoría México cuenta con una estructura sólida en el deporte, sus instalaciones son modernas y funcionales en su mayoría, pero el apoyo a los deportistas se da hasta que se gana una medalla olímpica o en un campeonato mundial. Los jóvenes valores del deporte en México se deben descubrir desde su nacimiento y entonces sí orientarlos y brindarles el apoyo necesario para tener resultados tangibles y no depender de garbanzos de a libra, como Soraya Jiménez, Ana Gabriela Guevara o los medallistas de Beijing 2008.

A pesar de tener los elementos necesarios, el deporte en México no desarrolla la alta competencia, la educación física es una vacilada desde la instrucción primaria, mientras que en otros países es obligatoria. Hoy en las escuelas mexicanas hablar de Educación Física representa un segundo recreo y una hora de esparcimiento para el profesor, el cual al no tener un compromiso real deja escapar un valioso tiempo que podría utilizarse para mostrar a los pequeños la amplia gama de posibilidades que existen para la práctica de la actividad deportiva.

La falta de entrenadores especializados es una realidad en México, y la prueba más palpable es que la gran mayoría de los medallistas olímpicos y mundiales cuentan con entrenadores extranjeros. Si surge un entrenador mexicano con capacidad, de inmediato se le ponen trabas, como en el caso de Salvador Sobrino, especialista en clavados que se vio obligado a emigrar y hoy es el responsable del equipo olímpico y mundial de Australia.

Los atletas mexicanos de talla internacional no reciben el apoyo necesario para su preparación, los recursos del Gobierno Federal a través de la Conade no aparecen en el momento preciso, pero sí se ve a directivos del deporte mexicano con sus familias en las competencias que se realizan en diferentes ciudades del mundo. ¿Quién paga los viajes de los directivos y sus familiares? El recurso nunca será suficiente mientras que el directivo practique la corrupción.

En esas condiciones la preparación del atleta difícilmente será la adecuada, los buenos entrenadores seguirán escasos y la calidad del deporte en México apenas alcanzará para dos medallas de oro y una de bronce en Juegos Olímpicos, pero siempre a través de los “garbanzos de a libra” y no como producto de la planificación, la organización y el desarrollo del deporte en todos sus niveles.

No cumplen con la Ley

Se han enviado varias iniciativas de Ley a la Cámara de Diputados para establecer las funciones y responsabilidades de los dirigentes del deporte, algunas de las cuales han sido aprobadas, sin embargo no han sido cumplidas por los directivos, quienes han hecho caso omiso de las mismas.

El entrenador Gildardo López Hinojosa, quien participó en la elaboración de la Ley de Fomento y Estímulo al Deporte, aprobada por la Cámara de Diputados en 1991, comentó que después de que fue aprobada esta Ley ningún funcionario le ha hecho caso, pues a ellos corresponde aplicarlas y obviamente no lo harán.

Recordó que una de las leyes aprobadas establece que los presidentes de federaciones y asociaciones deportivas podrán desempeñar el cargo durante cuatro años por elección y máximo una reelección, ocho años cuando mucho, pero hay dirigentes que han permanecido más de 20 años en sus cargos.

El deporte en México está regido por tres órganos rectores, que son la Comisión Nacional del Deporte (Conade), la Confederación Deportiva Mexicana (Codeme) y el Comité Olímpico Mexicano (COM)

Este último organismo es dominado por Mario Vázquez Raña, director de conocida cadena nacional de periódicos, quien estuvo al frente del mismo alrededor de 30 años, habiéndole cedido la estafeta a Felipe “Tibio” Muñoz, hombre de sus confianzas, para seguir teniendo injerencia en el COM, lo cual ha ocasionado un grave retraso en el deporte mexicano.

Cada uno de los tres organismos que manejan el deporte de nuestro país tiene sus propias funciones, por ello hay una gran disputa entre los tres por el presupuesto económico que la federación asigna a este rubro.

Estas disputas han ocasionado que el deporte mexicano no haya podido establecer un sistema que le permita aprovechar el potencial humano que existe en nuestro país, pues ninguno de los tres organismos acepta su responsabilidad, y a la hora de evaluar los resultados “se pasan la bolita uno a otro”.

El deporte en general en nuestro país tiene un atraso de 50 años en comparación a las naciones que son potencias mundiales, como los Estados Unidos, China, Rusia y Alemania.

En México hubo Juegos Olímpicos en 1968 y no hubo ningún cambio en cuanto a la forma de trabajar en el sistema deportivo, como sucedió con España, que después de los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992 se ha convertido en una potencia al establecer programas eficientes.

Lamentablemente, en nuestro país no existe un sistema definido para trabajar en el deporte, para iniciar, detectar y preparar deportistas que alcancen un nivel de competencia mundial.

Hay una Olimpiada Nacional Infantil y Juvenil que cumple una función, sin embargo, a los tres organismos rectores del deporte, en especial la Conade, encargada de promover el deporte en México, les hace falta despegar para que nuestros atletas puedan alcanzar altos niveles competitivos.

El futbol ni sus luces

El fracaso de México en la eliminatoria de futbol preolímpico rumbo a Beijing 2008 fue culpa en un 50 por ciento del técnico Hugo Sánchez y de los jugadores que convocó, el 50 por ciento restante corresponde a los “hombres de pantalón largo” del balompié mexicano.

Caló hondo que México no participara en los Juegos Olímpicos de Beijing 2008, incluso, hasta se ha ridiculizado esta eliminatoria con un spot comercial diciendo que el actual entrenador nacional Eriksson consiguió trabajo gracias al fracaso de Hugo Sánchez.

La eliminación de la Selección Preolímpica se debió en parte al protagonismo de Hugo Sánchez, quien en su egocentrismo pretendía ser el mandamás del futbol mexicano, en lugar de haber dejado el mando del equipo en otro entrenador y cumplir él con su cargo de jefe de los representativos mexicanos.

No tenía necesidad de arriesgar su prestigio de entrenador, pero el egocentrismo le ganó y asumió el cargo sin medir las consecuencias y después trató de justificarse diciendo que no le habían facilitado a los jugadores que jugaban en Europa, que pudieron formar parte del Tricolor.

Los seleccionados también tuvieron parte de culpa en este fracaso, al no ser contundentes en el partido clave, como sucedió con Santiago Fernández, Enrique Esqueda, Luis Ángel Landín y César Villaluz, este último falló el penalty que le hubiera dado a México el gol que necesitaba para calificar.

Leopoldo Barba Cortés, ex jugador profesional con Jabatos de Nuevo León y Veracruz en Primera División en la década de los años sesentas, considera que actualmente el futbolista mexicano se cuida mucho, “no mete fuerte la pierna”, porque trata de asegurar su futuro, jugando diez o 15 años de manera administrada para lograr su objetivo.

“Polo” Barba, como se le conocía en su época de futbolista profesional, manifestó que el fracaso preolímpico se debió también a la falta de amor a la camiseta, así como a la comercialización del futbol y a una falta de proyección por parte de sus dirigentes.

Diego Mercado dirigió y formó la Selección Nacional que representó dignamente a México en los Juegos Olímpicos de Munich en 1972 y en Montreal, Canadá, en 1976, integrada con jugadores del sector amateur en su mayoría, en la segunda de ellas jugó Hugo Sánchez.

La humildad de Diego Mercado contrastó enormemente con la actitud asumida por su discípulo, quien se perdió en el “canto de las sirenas” y no llevó la nave a puerto seguro, sin olvidar el mal desempeño de los dirigentes del futbol mexicano, quienes están más preocupados en la comercialización de nuestras selecciones en los Estados Unidos que en resolver los problemas de nuestro futbol.

El tae kwon do nos saca a flote

Luego de los excelentes resultados entregados por la delegación de tae kwon do en los recientes Juegos Olímpicos de Beijing 2008, queda demostrado que el poder de organización y trabajo existente en esta disciplina es sin duda el mejor ejemplo de que se puede salir adelante.

Lejos de caer en los constantes escándalos por falta de apoyos a los deportistas o de presuntos fraudes al interior de su administración, que caracterizan a otras disciplinas, el tae kwon do se ha dedicado a trabajar pese a las limitaciones, que también le afectan finalmente en su estructura y trabajo constante por allegar recursos a todos los niveles.

Esta labor le ha permitido desarrollar un trabajo constante y en plan ascendente, de ahí que desde que fue incluido como deporte de exhibición en los Juegos Olímpicos de Seúl 1988, sus elementos hayan conseguido constantemente medallas.

Afirma el entrenador lagunero Jesús Félix Sifuentes que la Federación Mexicana Tae Kwon Do trabaja a lo largo de todo el año para allegarse recursos y capacitar a sus entrenadores, jueces y alumnos, lo que necesariamente representa resultados y asegura que en México sólo un 20 por ciento de los entrenadores realmente viven para el deporte, el resto quedan como simples vividores de este sector.

Para este exitoso entrenador duranguense, la realidad del deporte es de tristeza por la desorganización y el nulo trabajo de sus dirigentes, quienes por décadas se han dedicado a engordar sus bolsillos, al apoderarse de las federaciones y de los recursos que éstas deberían hacer llegar a los deportistas para su adecuada preparación.

El hecho de que las medallas de oro hayan quedado en un mismo deporte, indica que al menos en el tae kwon do se tiene un trabajo bien respaldado, donde la plataforma principal en cuanto a apoyos, la representan los padres de familia, quienes mensualmente aportan una cantidad para la formación, fogueo y evaluación de sus hijos, además de un constante trabajo de capacitación y actualización en todos los niveles de la estructura existente, sin duda un ejemplo a seguir por la gran mayoría de las federaciones mexicanas.

Poco apoyo a la gimnasia

Pareciera que la corrupción en las altas esferas del deporte mexicano, la falta de una estructura de trabajo y, por consecuencia, la nula planeación y establecimiento de objetivos concretos, fuera una constante del deporte mexicano.

Es evidente que prácticamente todas las federaciones deportivas en México se encuentran en manos de directivos ineptos, quienes lejos de preocuparse por sacar adelante a su deporte, se han dedicado a ocupar un puesto que les reditúa un estilo de vida privilegiado, a costa de un estancamiento casi total de sus respectivas áreas.

De acuerdo con Rosa Velia Torres Orduña, entrenadora de gimnasia desde hace 22 años, es la corrupción y la falta de una estructura sólida de trabajo lo que ha frenado el desarrollo de la gimnasia mexicana, la que a su consideración sí cuenta con talentos, aunque por la falta de oportunidad para foguearse a nivel internacional con países de primer mundo, se ha quedado estancada y sus talentos simplemente no han podido crecer.

“El principal soporte de la gimnasia son los padres de familia, aunque llega el momento en que ni ellos tienen la capacidad para cubrir todas las necesidades de sus hijos y si no hay apoyo de la federación o asociación estatal, sencillamente las niñas no pueden estar en actividad de competencia, menos aún ante elementos de primer nivel”.

Un triste panorama es el que presenta actualmente el deporte mexicano y, salvo algunas excepciones, queda en total evidencia la necesidad de una sacudida total a esta actividad, misma que dé origen a nuevas formas de trabajo, desde la detección y formación de valores deportivos de alto rendimiento, hasta el establecimiento de una eficiente estructura operativa.

Es imperativo hacer a un lado a los directivos improvisados, a aquellos elementos que lejos de ver por el deportista y sus necesidades, sólo velan por sus intereses y sus protegidos, olvidándose de aquellos que día con día ven consumirse sus sueños de gloria en los espacios deportivos.

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Escrito en: Beijing

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