Adriana Cabrera, gerente divisional de Manpower, comenta que la imagen se compone de varios elementos y debe haber congruencia entre ellos.
El empleado es la organización, frase aún vigente a la que pueden agregarse otros elementos.
La imagen corporativa es y será siempre una pieza clave en el éxito de las compañías. Definirla, informarla y recordarla a los empleados es fundamental para que apoyen los objetivos de la organización, lo que al final se refleja en mayores ventas.
La frase “el empleado es la organización” sigue vigente. Sin embargo, los ejecutivos encargados de reclutamiento y selección del personal, Recursos Humanos o gestión del talento, deben aprender a comunicar adecuadamente los elementos de la imagen corporativa para que exista apoyo de los trabajadores, aseguran los especialistas.
Adriana Cabrera, gerente divisional de Manpower (empresa socia de la Asociación Mexicana de Empresas de Capital Humano, AMECH), explica que la imagen corporativa se diseña con base en la misión, visión y objetivos de cada empresa. La imagen se compone de varios elementos y debe haber congruencia entre ellos.
La imagen se divide principalmente en dos: una parte está a cargo del departamento de mercadotecnia (logotipo, tarjetas de presentación, papelería, artículos promocionales, entre otros) y la segunda parte es responsabilidad del área de RH que define cuestiones como el perfil de cada puesto y las características de las personas que ingresan en la organización, para que sean congruentes con la cultura organizacional, como el código de vestimenta.
Marco Martínez, director general de la AMECH, señala que la imagen es “lo que la empresa busca proyectar hacia el exterior: público en general, entidades gubernamentales, cámaras, asociaciones, lo que se busca representar como industria”.
Martínez agrega que entre los elementos de la imagen se encuentran también conceptos, eslogans y campañas en los que la empresa representa cómo quiere que se le conozca, además en este rubro pueden entrar los códigos de ética.
Cabrera dice que la imagen está muy relacionada con la cultura organizacional, el giro de la empresa (el sector) y el puesto del empleado, por ejemplo: en un despacho de abogados todos van de traje, pero en una compañía de publicidad pueden ir de mezclilla, y no está mal: “Es un tipo de trabajo que necesita mayor libertad, porque ahí lo que necesitan es estar cómodos para que vengan las ideas”.
Otro ejemplo es el de un call center donde se requieren personas con un perfil de ventas por teléfono, que se muevan por resultados, trabajen bajo presión, para garantizar que la operación será todo un éxito.
De acuerdo con Cabrera, la imagen corporativa puede hacer la diferencia entre lograr o no un cliente, una venta, influye tanto como el amor a primera vista.
“Cuando alguien compra un servicio de entrada, es porque confió en los que realizaron la venta, porque representan a la organización y son congruentes con lo que están ofreciendo y proyectando”.
Códigos de vestimenta y otras normas
Para los empleados, Manpower recomienda presentarse limpios y aseados, lo que “muchas veces se confunde con que vayan vestidos con ropa de marca, a la última moda”, dice Adriana Cabrera, “simplemente deben ir arreglados”. Además, muchas mujeres confunden moda para trabajar y para antrear, por lo que no recomienda usar uñas demasiado largas, faldas muy cortas, escotes muy pronunciados ni sandalias.
Para realizar un cambio en la imagen corporativa, la entrevistada sugiere a las organizaciones primero tomar en cuenta a su gente, escuchar sus ideas y opiniones: “La base del cambio es una correcta comunicación. Nadie conoce el negocio más que quien lo opera”, refiere.
En su opinión, cuando una empresa no comunica los cambios adecuadamente, es decir, si no hizo partícipe al empleado de los mismos, entonces habrá resistencia para aceptarlos.
En el caso de los empleados de los nuevos ingresos es importante darles toda la información a la hora de la contratación.
Martínez recomienda incluir lo relacionado con la cultura e imagen corporativa dentro de los planes y manuales de inducción y capacitación de los empleados, así como informarles de cuál es la misión, visión y objetivos principales. La compañía debe asegurarse de que el trabajador entendió bien, por lo que debe reforzar la comunicación con campañas, materiales impresos, videos, reuniones, entre otros. “Si un empleado no quiere seguir las reglas, es importante platicar con él. Todos son un equipo, todos deben conocer y apoyar los objetivos, todo va en beneficio de los propios empleados, si están motivados van a rendir más, hay mayor productividad”, indica el directivo.
Por otro lado, destaca que hoy en día la tendencia es que las empresas usen las tecnologías de la información para lograr lo antes mencionado, ya sean videos o páginas que los trabajadores puedan ver en la Intranet (red de la propia empresa).
En relación a las tendencias, Zaldívar comenta que hoy la globalización ha permitido a los jóvenes tener mayores oportunidades de informarse y convivir con gente de otros países, esto les da la capacidad de escoger en dónde quieren trabajar, que ya no sólo es en México, sino que puede ser en cualquier país y compañía.
Por eso es importante que las empresas empiecen a tomar en cuenta temas como el de aceptar la diversidad y nuevas culturas laborales en las cuales la preocupación es por los resultados de los empleados, más que por cuestiones como su aspecto físico.