La Clínica Universitaria de Colonia realizó la primera operación en el mundo en la que a un enfermo de Parkinson le fue implantado un marcapasos cerebral capaz de ser recargado desde el exterior, sin requerir otra operación quirúrgica.
Hasta ahora, los marcapasos cerebrales existentes debían cambiarse en entre dos y cinco años con nuevas intervenciones, en las que no con poca frecuencia tienen lugar graves complicaciones.
Fuentes de la clínica de Colonia estiman que en un 20 por ciento de los casos, la operación acarrea más problemas de los que resuelve.
Sin embargo, el marcapasos colocado por el equipo de expertos de Alteraciones del Movimiento Neurológico de la clínica universitaria, Lars Timmermann, está previsto que dure nueve años.
Después puede recargarse desde el exterior del cuerpo del paciente, lo que supondría un gran avance en el tratamiento de Parkinson.
La intervención dirigida por Timmermann junto al cirujano Mohammad Maarrouf tiene por objetivo la estimulación profunda del cerebro para corregir fallos de funcionamiento.
El aparato no es colocado en el cerebro sino en el pecho o en la zona del estómago y funciona emitiendo impulsos eléctricos que llegan a la región afectada del cerebro gracias a pequeños canales colocados bajo la piel del enfermo.
El marcapasos de nueva generación es capaz de estimular varias zonas en el cerebro con diferentes intensidades y permite tratar las afecciones con una mayor exactitud, contó Timmermann a medios alemanes.
Ello permite tratar no sólo los temblores provocados por la enfermedad de Parkinson, sino también acceder a una región cerebral donde se producen las alteraciones del comportamiento y del movimiento, explicó el profesor de Colonia.
El paciente de Parkinson, de 49 años, tratado por primera vez en la clínica alemana con este innovador marcapasos sufría fuertes temblores y limitaciones del movimiento tan frecuentes, que no podía vestirse o comer solo, explicó Timmermann.