El joven duranguense que fue asesinado presuntamente trabajaba para un narco.
Todo un velo de misterio envuelve el caso de la ejecución del duranguense David Alejandro Cardozo Valenzuela, quien al estar de vacaciones en San Pedro Garza García, Nuevo León, fue asesinado por un grupo de sicarios, que a la vez “levantaron” a su patrón Noé Jurado Chavira, quien apareció muerto 24 horas después en Gómez Palacio junto con otro sujeto de nombre Ricardo Gutiérrez Romo; al respecto, la Procuraduría de la Sultana del Norte informó que tras declarar a la esposa de Noé ésta dijo que su cónyuge traficaba droga de Durango a Chihuahua y a Coahuila.
El pasado fin de semana en el bar La Mariachita, en Nuevo León, un grupo de sicarios procedió a “levantar” a Noé pero su empleado David Alejandro intentó defenderlo, situación que provocó que los gatilleros le dispararan en varias ocasiones hasta matarlo.
Al día siguiente la esposa de Noé, Marcela Meraz Terán, declaró ante el subprocurador de ministerios públicos, Alejandro Garza y Garza, que ella fue testigo del “levantón” de su esposo y de la ejecución del empleado de su marido.
LO TORTURARON Y ASESINARON
Sin embargo, cuando las autoridades de Nuevo León empezaban a realizar las investigaciones correspondientes se enteraron que a poco más de 24 horas de los hechos encontraron el cuerpo sin vida de Noé, junto con el de Gutiérrez Romo, con el tiro de gracia y con huellas de tortura en el Parque Industrial Lagunero, en Gómez Palacio, Durango.
Según los datos manejado por un medio de comunicación de Nuevo León, Meraz Terán declaró ante las autoridades de aquella entidad que su esposo traficaba droga de Durango a Ciudad Juárez y de Durango a Torreón, y que David Alejandro era su empleado en Durango, desconociéndose hasta hora qué relación tenía el tercer ejecutado (Gutiérrez Romo) con ellos.