Un toque de queda fue impuesto ayer en la ciudad india de Jaipur en respuesta a las ocho explosiones que dejaron antenoche alrededor de 80 muertos y 150 heridos, publicó el periódico The Times of India en su página electrónica.
El toque de queda, impuesto como medida de precaución en 15 distritos policiales del área de Sadar en la ciudad, estará en vigor de las 09:00 a las 18:00 horas, indicaron autoridades locales. Sin embargo, las procesiones funerales fueron exceptuadas de la aplicación de la medida.
En tanto, ocho personas fueron detenidas para ser interrogadas en relación con los estallidos. Entre los detenidos hay un hombre que resultó herido en las explosiones, dijo la Policía.
Los investigadores sospechan del involucramiento del grupo Harkat-ul-Jehadi Islamia, con sede en Bangladesh.
La inspección preliminar indica que las bombas usaron hexógeno T4, uno de los explosivos militares más potentes, y fragmentos de metal como metralla. Los artefactos asimismo estaban equipados con temporizadores.
Gulab Chand Kataria, ministro del Interior del estado Occidental de Rajastán -del que Jaipur es capital-, dijo que las autoridades han compilado una lista de 55 muertos y 122 heridos, pero advirtió que las cifras probablemente se incrementarán en vista de que el conteo de víctimas continúa. Fuentes extraoficiales fijan la cifra de muertos en 85 y la de heridos en 150.
Kataria dijo que el Estado solicitó el apoyo de fuerzas del Gobierno central para mantener el orden en la entidad. “Hemos pedido algunas fuerzas, incluyendo unidades de comando, ya que las explosiones estuvieron evidentemente encaminadas a exacerbar las pasiones comunales en el Estado”, declaró.