Como un “lugar destinado a la patria de los libros” definió Consuelo Sáizar, directora general del Fondo de Cultura Económica (FCE), el Centro Cultural Gabriel García Márquez, que México y dicha editorial han regalado a Bogotá y que fue inaugurado ayer miércoles.
Situado en el barrio de La Candelaria -corazón de la capital colombiana- el centro fue diseñado por el considerado mejor arquitecto de Colombia, Rogelio Salmona, fallecido a finales del año pasado.
En la inauguración se homenajeó a Salmona con la presencia del arquitecto mexicano Teodoro González de León, con quien trabajó en París, de 1948 a 1950, en el taller de Le Corbusier.
La Secretaría de Educación Pública de México que presidió la apertura junto a su homóloga colombiana, Cecilia María Vélez; la ministra colombiana de Cultura, Paula Marcela Moreno y el alcalde de Bogotá, Samuel Moreno, señaló que este espacio pretende, sobre todo, “que los libros sean libres”.
Ésta “es la obra más grande que México ha hecho, fuera de mi país, en América Latina”, dijo Vázquez, quien explicó que se decidió por Colombia para crear este centro del FCE porque ambos países viven “sueños y desafíos comunes”.
Para la secretaria mexicana, el miércoles fue “un día especial para México” e hizo votos para que “este espacio sea de las letras y la cultura, también de la paz y la libertad”.
Su homóloga colombiana resaltó la “solidaridad y cooperación” entre los dos países y destacó como un gesto de amor de México a Colombia el que el centro lleve el nombre de García Márquez, que haya sido diseñado por un arquitecto colombiano y que se ubique en el corazón de Bogotá.
Además informó de que firmará con Vázquez dos convenios relativos a la movilidad académica en Educación Superior y un programa educativo que aborde la violencia y el consumo de drogas entre ambos países.
Tanto la ministra colombiana de Cultura como el alcalde de Bogotá agradecieron a México el “invaluable regalo” que significa el Centro Cultural Gabriel García Márquez, y recordaron lo que dijo su diseñador Salmona, que quiso “hacer una obra abierta al encuentro, a la alegría”.
El espacio
Esta magnífica obra se ha construido en lo que hasta ahora era un estacionamiento de vehículos, pero que anteriormente, en 1770, fue el claustro de La Enseñanza, institución donde por primera vez en la entonces Nueva Granada, las mujeres tuvieron derecho a la formación académica.
Demolidos el claustro y la iglesia adyacente en 1920, se levantó ahí el Palacio de Justicia, que desapareció entre las llamas en 1948, en lo que se llamó el “bogotazo”, los disturbios que siguieron al asesinato del caudillo liberal Jorge Eliécer Gaitán.
Levantado sobre un área de tres mil 239 metros cuadrados, el centro inaugurado ayer tiene varios niveles y un espacio de estacionamiento que en total llega a los nueve mil 500 metros cuadrados.
Con galería de arte, una librería con 50 mil volúmenes que se espera ampliar hasta los 200 mil, en más de mil 200 metros cuadrados, dos aulas, tres auditorios y una tienda, el centro del FCE se ha ubicado entre numerosas instituciones culturales de la ciudad, como universidades, museos, otras entidades y vecino a la biblioteca Luis Ángel Arango, la más importante de Colombia.
La directora general del Fondo de Cultura Económica subrayó que “es una obra de generosidad, de admiración mutua entre México y Colombia, un pedazo de México en Colombia, destinado a la patria de los libros”.
