La industria forestal está en plena decadencia en Durango; existe el riesgo de que desaparezca ante la baja competitividad que registra, afirma Nafin.
El Siglo de Durango
No hay duda: la industria forestal en Durango y en México está destinada a desaparecer, según la percepción de Luis Bonilla Elizondo, director local de Nacional Financiera (Nafin). Esto se puede resumir en dos causas: no existen reglas claras y permanentes a largo plazo y no se tiene una economía de escala para ser competitivo.
CONCESIONES
La extinción de la industria forestal viene desde hace unos 15 años atrás. El auge de este sector se dio hacia la década de los ochenta, pero de 1990 en adelante ha tenido una decadencia. “Definitivamente no somos competitivos como países como Canadá y Estados Unidos… en México la pequeña propiedad forestal es de 800 hectáreas, mientras en otros países se dan concesiones de superficies de 50 mil hectáreas a 50 años, lo cual significa que tienen la economía de escala para tratar estas superficies y aprovechar los recursos hasta por dos veces”, indicó.
También refirió que a causa de lo anterior la industria forestal en el país y en Durango se encuentra inmersa en la incertidumbre de obtener los permisos anuales de la explotación forestal, pues en su mayor parte la propiedad de los recursos está en manos de ejidatarios.
INVERSIONES
El funcionario manifestó que, por ejemplo, si la industria forestal de Canadá y Estados Unidos sabe que tienen la seguridad de contar con 50 mil hectáreas por 50 años, entonces se hacen inversiones para este tiempo y para esta superficie en forma escalonada y planeada.
La diferencia que existe con México es que las industrias forestales que había en Durango esperaban ver cada año si les autorizaban determinado volumen que pudieran explotar, de tal modo que no podían invertir. Esto significa una gran diferencia en la competitividad ante el mundo globalizado que hoy existe.
Ejidatarios, con falta de visión empresarial
En Durango el problema es de falta de competitividad, pues la madera que se produce es de primera calidad, comentó Luis Bonilla Elizondo, director de Nafin en Durango. Expresó que existe un gran potencial para salir adelante, pero en forma desafortunada el bosque se encuentra en manos de los ejidatarios, que han tenido falta de visión empresarial.
El funcionario expresó que no se ve ninguna política articulada que permita de nuevo recuperar la importancia que tuvo la industria forestal en el Producto Interno Bruto (PIB) de Durango.
El exterminio del sector forestal o su reactivación depende del fondo de tipo de propiedad del bosque, de que no se han hecho plantaciones comerciales intensivas, pues la propiedad es de 800 hectáreas. Para competir con la economía mundial se necesitan concesiones de por lo menos 50 mil a 100 mil hectáreas. Destacó el caso de la empresa Arauco, en Chile, que tiene 200 mil hectáreas concesionadas.
