Con relación a las observaciones que realiza un grupo de lugareños del Cañón de Jimulco a la Asociación Civil Biodesert, antes que todo a través de nuestro Consejo Directivo lamentamos que sucedan estos hechos que puedan afectar el desarrollo de un proyecto tan bondadoso para las comunidades rurales de esta área natural protegida que han venido recibiendo apoyos de las oficinas de Gobierno, y de la población lagunera en general que también recibe los beneficios que proporciona mediante los servicios ambientales que presta. Con la finalidad de que la población lagunera, y en particular los habitantes de la reserva, estén debidamente informados se da respuesta a dichas observaciones mediante las aclaraciones siguientes:
1. Manejo de recursos financieros. Desde Julio de 2006 Biodesert administra la Reserva Ecológica Municipal Sierra y Cañón de Jimulco con base a un convenio suscrito con el Municipio de Torreón, que fue aprobado por el H. Cabildo. Desde entonces el Municipio ha asignado $1’800,000.00 para realizar estas funciones, de los cuales alrededor de tres cuartas partes se han destinado al pago de sueldos de los profesionistas que colaboran en las actividades normadas por el reglamento de la reserva, y el resto se aplica como gasto operativo y adquisiciones. Dicho presupuesto es autorizado por la Comisión de Ecología del H. Cabildo y ejercido bajo supervisión administrativo-contable por las direcciones de Medio Ambiente, Tesorería y Contraloría municipales, quienes reciben un informe mensual de los recursos ejercidos, por lo que en tanto no se pasen esos filtros no se pueden continuar suministrando los recursos de las partidas trimestrales que el municipio le entrega a Biodesert.
A la fecha sólo se ha recibido una recomendación de Contraloría que se corrigió según la indicación que marcó esta oficina. Adicionalmente a estos recursos municipales, Biodesert operó durante 2006, $150,000.00 asignados mediante convenio con la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales de Coahuila (Semarnac) aplicados en señalización de la reserva, instalación de puertas y cercados para protección de áreas núcleo y facilitación de gestión, y durante 2007 $75,000.00 para construir un vivero forestal en el ejido Juan Eugenio; en el primer caso es un expediente concluido mientras que en el segundo está por terminarse.
Durante 2007 también se recibieron $20,000.00 de World Wildlife Fund para cubrir los gastos de alimentación y transporte de cuatro estudiantes universitarios que colaboraron en un proyecto de educación ambiental en la reserva. Son todos los recursos financieros que Biodesert ha recibido en apoyo a las funciones de administración de la reserva, mismos que están sujetos a la supervisión de las instancias donantes.
Por otra parte, existe confusión entre los lugareños que hicieron las observaciones sobre los recursos que se obtuvieron producto de la exhibición de un evento cultural en el teatro Isauro Martínez en Octubre del año pasado, donde se nos informó que se han recaudado alrededor de $56,000.00 por el boletaje, recursos a los cuales Biodesert no tiene acceso, puesto que son administrados por la Asociación Civil Mundo Sustentable de Monterrey, Nuevo León, organismo que lo patrocinó. Desde antes del evento se estableció serían destinados para formar un “capital semilla” que en el mediano plazo posibilitara la creación de un Fondo privado y ciudadano de Conservación que en el futuro y una vez acumulado un monto considerable se destinará a apoyar proyectos que se desarrollen en el área protegida. Tampoco Biodesert maneja los recursos de los programas gubernamentales que se aplican en la reserva, ya que éstos están sujetos a normas de operación y su asignación sólo corresponde a las oficinas de Gobierno como la recepción a los ejidos o grupos ejidales; tal es el caso de los asignados por la Conafor o Sagarpa-Gobierno del Estado-Municipio para desarrollar proyectos de conservación y producción. Finalmente, se han realizado solicitudes a otras instancias u organismos privados o civiles que pudieran aportar recursos para otras actividades como el equipamiento del Centro de Atención a Visitantes y Residentes de la reserva, los cuales sin embargo, no han prosperado, en parte por la controversia existente.
2. División de los campesinos. Biodesert aclara que sus objetivos y funciones por las cuales fue fundada como Asociación Civil no son ejercer un liderazgo de los ejidatarios de la reserva; consideramos que la elección de los representantes ejidales es responsabilidad de los ejidatarios, por lo que no tenemos ni tendremos el interés de intervenir en estos asuntos porque hacerlo desvirtuaría nuestro objeto que es promover la conservación de los recursos naturales de ésta y otras áreas protegidas del norte de México, o de otros sitios, así como de apoyar mediante la facilitación de gestión y asesoría a las comunidades rurales para que accedan a mayores recursos y en la operación de algunos proyectos como ha sucedido con los de Conafor que, con el apoyo nuestro, de funcionarios municipales y estatales posibilitaron incrementar 5 veces los recursos canalizados por este organismo a los ejidos de la reserva (de $400 mil pesos en 2006 a $2 millones en 2007). Creemos que los lugareños inconformes han confundido la responsabilidad de administrar un área natural protegida con el interés que tienen de ejercer un liderazgo de su población, ya que ésta no es la instancia para ello; ellos deberían buscar otra forma o fuente de patrocinio de las actividades políticas o personales que pretendan desarrollar.
Para nosotros es importante informar a la población, particularmente a los ciudadanos de Torreón, que nuestra Asociación Civil desarrolla proyectos de conservación de la naturaleza con diversos organismos gubernamentales y fundaciones no sólo en Jimulco, sino en el Desierto Chihuahuense, y que de esa actividad sostiene su oficina; la participación de los socios de Biodesert en Jimulco es honorífica (voluntaria), por lo que ninguno de sus miembros percibe remuneración alguna por realizar la responsabilidad que asumimos de administrar la reserva de Jimulco. Entendemos este problema como un asunto laboral que se originó en la baja de dos empleados de la administración de la reserva a quienes se les perdió la confianza e incumplieron laboralmente, los cuales se han inconformado promoviendo la confrontación con Biodesert y otros grupos ejidales, y no como lo afirman de que nuestra Asociación promueve la división entre los ejidatarios, con quienes, ciertamente, mantenemos y seguiremos manteniendo un diálogo directo para la realización de proyectos de conservación y desarrollo sostenible en sus terrenos y poblaciones.
Por todo lo anterior y considerando que no se deben realizar acusaciones sin fundamento, creemos que su propósito es provocar confusión entre la gente, provocaciones que nos hemos reservado de responder a cada momento; al margen de que procedamos a requerirles ante las autoridades competentes por difamadores, reiteramos nuestra disponibilidad ante las instancias que aportan los recursos financieros que operamos para que realicen las revisiones o auditorías respectivas, o al escrutinio mismo de la ciudadanía cuando se refieran a recursos públicos porque estamos sujetos a las leyes de transparencia y acceso a la información. Así mismo, si existe un litigio por la representación de la Asociación Civil Sierra y Cañón de Jimulco, es pertinente que éste se resuelva ante las autoridades competentes y/o, que se sometan al escrutinio de sus representados porque creemos que los ejidatarios tienen derecho a ser informados en sus asambleas de los asuntos que se traten en su nombre para evitar que un grupo de personas quite y ponga representantes a su arbitrio sin consultarles, o que emita opiniones, oficios y demás comunicados a nombre de los ejidatarios sin éstos tener conocimiento o avalarlos.