Sólo 11 de 600 policías aceptó el reto de bajar de peso. Uno de ellos ya perdió siete kilos en un tiempo de tres semanas gracias a los tratamientos que recibe en la Clínica de Obesidad de Dirección de Salud Municipal.
Rocío Vázquez, directora de la dependencia, explicó que el pasado 21 de febrero en la Clínica de Obesidad empezó la revisión de 600 policías que solicitaron a sus superiores portación de arma de fuego.
Y a pesar de que más del 80 por ciento de los agentes resultó con problemas de obesidad, sólo 80 se inscribieron en el programa de Salud Alimenticia. Sin embargo, su deseo de perder peso quedó en una buena intención porque nada más 11 están en tratamiento.
“Uno de ellos ya bajó siete kilos, es una lástima que los demás no hayan continuado con su tratamiento. El interés del alcalde es que los policías se encuentren en buenas condiciones de salud, por eso vamos a seguir insistiendo en que se sometan al tratamiento para bajar de peso”.
De los 11 policías, dos son mujeres y nueve hombres, quienes primero fueron sometidos a una valoración médica para determinar el tratamiento indicado para cada uno, además se les proporciona apoyo psicológico, nutricional, acupuntura, medicamentos, entre otros servicios.
La Clínica de Obesidad, que se encuentra dentro de las mismas instalaciones de la Dirección de Salud, es atendida por la doctora Susana Tapia, el nutriólogo Tomás Galván, el psicólogo Guillermo Sánchez, y el enfermero Édgar Rodarte.
Rocío Vázquez dijo que el policía que bajó 7 kilos en tres semanas, pesaba 117, “este elemento es un ejemplo de que el programa funciona. Ya hablamos con Alfredo Castellanos, director de la corporación, para que los exhorte a continuar con el tratamiento contra la obesidad”.
Es importante, insistió, en que los elementos se inscriban en Salud Alimenticia porque más del 80 por ciento de los 600 policías que fueron revisados, resultó con obesidad y en algunos casos con hipertensión arterial, diabetes, deficiencias visuales, entre otros males.