La “Shenzhou VII”, la tercera nave tripulada que lanza China al espacio, partió con éxito desde el Centro Espacial de Lanzamiento de Jiuquan, en Gansu, China. (Notimex)
China lanzó ayer con éxito un cohete que pondrá en el espacio a tres tripulantes, uno de los cuales tiene previsto realizar la primera caminata espacial de ese país, en lo que representa la misión espacial más difícil para el país asiático desde que envió a un astronauta a la órbita terrestre por primera vez en 2003.
La nave “Shenzhou VII” despegó ayer con éxito, en el tercer vuelo espacial tripulado que realiza China, uno de los tres países que lo ha conseguido hasta ahora, junto a Estados Unidos y la ex Unión Soviética. La caminata espacial está prevista para hoy o mañana.
La “Shenzhou VII” despegó del Centro de Lanzamiento de Satélites de Jiuquan, ubicado en la provincia Noroccidental de Gansu, a las 21:10 horas locales (13:10 GMT), conforme al programa de la misión espacial, informó la agencia china de noticias Xinhua.
El exitoso despegue fue contemplado por el presidente Hu Jintao, quien antes deseó buena suerte en su misión a los “taikonautas”, así como por miembros del centro espacial y otros funcionarios del Gobierno chino.
En su primer contacto con la torre de control, 13 minutos después del despegue y de haber entrado en órbita, la tripulación integrada por Zhai Zhigang, Liu Boming, y Jing Haipeng informó que se encontraba bien físicamente y que su misión avanzaba sin problemas.
La misión espacial, que durará entre tres y cuatro días, es sumamente importante para China, ya que se llevará a cabo la primera caminata espacial de un “taikonauta”, término utilizado en ese país para referirse a los astronautas, originado de los caracteres “tai” y “kong”, que significan espacio.
La caminata depende de cuán bien se adapten los astronautas a la falta de gravedad y a otras demandas físicas de su ambiente, según la Oficina de Ingeniería de Vuelos Espaciales Tripulados de China.
La “Shenzhou VII”, la tercera nave tripulada que lanza China al espacio, representa la última fase del programa espacial que el gigante asiático lleva a cabo con la finalidad de establecer una estación espacial permanente.
En la primera fase, el país asiático envió una nave no tripulada y otra tripulada a una órbita cercana a la Tierra, y durante estas misiones se llevaron a cabo observaciones terrestres y experimentos científicos.