Israel y la guerrilla libanesa Jezbolá comenzaron a aplicar la primera fase de un canje de prisioneros, después de la firma del acuerdo que gestionaron a través de los servicios secretos alemanes y la Organización de las Naciones Unidas.
Con la firma del acuerdo, Israel recibió de Jezbolá un informe sobre la desaparición del piloto Ron Arad, derribado sobre suelo libanés en 1986, y en el que la guerrilla islámica shiita asegura que no sabe nada sobre su paradero, pero que al parecer éste murió en algún momento antes de la última década, informó ayer la prensa local.
El informe, largamente esperado por Israel, que busca a su piloto con lupa desde hace 30 años, fue entregado la víspera en Alemania al negociador israelí Ofer Dekel, a cargo de las gestiones para obtener a los soldados Ehud Goldwasser, Elad Regev y Guilad Shalit.
Los dos primeros fueron secuestrados por Jezbolá el 12 de julio de 2006, dando lugar a una guerra que duró 34 días y que finalizó gracias a un acuerdo de alto el fuego de la ONU.
Shalit, por su parte, fue secuestrado el 26 de junio del mismo año en la frontera con Gaza por guerrillas palestinas, e Israel gestiona su liberación con Egipto.
En su informe, Jezbolá asegura a Israel que no ha conseguido encontrar la pista de Arad y, haciendo un detalle de las investigaciones, sentencia que debió morir hace más de diez años.
A cambio de ese informe, Israel entregó otro sobre la suerte que corrieron cuatro diplomáticos iraníes en 1982 en el Norte de Líbano, y que según la versión israelí fueron asesinados por falanges cristianas que controlaban la zona y que se deshicieron de los cuerpos.
Los amigos del piloto y la familia reaccionaron al informe al señalar que la guerrilla “miente” y acusaron al primer ministro israelí Ehud Olmert de violar promesas anteriores de no liberar al libanés Samir Quntar sin tener antes información concreta sobre Arad.
Quntar, que en los 70 asesinó a varios israelíes en un atentado, será dejado en libertad junto a otros cinco presos libaneses en los próximos días, en la segunda parte del canje, y a cambio de los soldados Goldwasser y Regev.
El canje de prisioneros se espera que se haga en el paso de Nakura, en la frontera entre Israel y Líbano, y controlado por Naciones Unidas.
Hace unos días, en un discurso público Hasan Naserallah, secretario general de Jezbolá, dio de plazo entre 10 y 15 días para concretar el canje, que incluye también la devolución a Beirut de decenas de cadáveres de milicianos muertos en la guerra del Líbano de hace dos años.