Lejos de acabar con la delincuencia y el crimen organizado, las acciones de seguridad han desencadenado una ola de violencia que expone a toda la ciudadanía.
SOCIOLOGÍA
La ola de violencia ha generado entre la ciudadanía una sensación de desamparo que puede causar daños sicológicos.
Durango. En sólo una semana se han registrado cuatro hechos de sangre que han dejado la cifra de 16 personas fallecidas por casos relacionados con el crimen organizado, además de dos personas “levantadas” cuyo paradero aún se desconoce. Pero las consecuencias van más allá de implicar solamente a los familiares y amigos de las personas relacionadas con los hechos, la ciudadanía se está envolviendo en un ambiente de temor que puede repercutir en daños psicológicos para detonar en casos de depresión y aumento en el índice de intentos de suicidio.
Explicación.
Alicia Gómez Beltrán es egresada de la carrera de Sociología en la Universidad Nacional Autónoma de México y actualmente trabaja como docente en la Universidad Pedagógica de Durango y en la Facultad de Trabajo Social de la UJED. Para ella, la ciudadanía ya está siendo testigo de un deterioro en la seguridad de la sociedad.
“La gente sí percibe una descomposición social y se nota que sí hay cierta desesperanza y malestar, que se manifiesta paulatinamente en enfermedades que no tienen origen en causas biológicas, como la depresión y creo que vamos a ver también que hay jóvenes de cada vez menor edad intentando suicidarse”.
Tranquilidad.
“El incremento de los índices de intentos de suicidio es explicable con la cuestión de lo social, en el sentido de que no hay seguridad ni garantía para tener una vida tranquila”, explicó la socióloga. Este factor también debe mezclarse con los otros fenómenos sociales que se presentan en la entidad, como la descomposición de la economía y el de la migración. “Todo ese panorama social nos hace ver que en zonas rurales el abandono es muy notable, todo esto repercute en la sociedad y en la manera de enfrentarnos a la realidad”.
Desamparo.
Alicia Gómez explica que la sensación de desamparo en la ciudadanía se debe por el hecho de no recibir explicaciones de lo que pasa ni de saber a quién corresponde la responsabilidad de detener esta situación. “Por un lado tenemos el discurso oficial en el que nos dicen que estas acciones se emprenden para reducir o acabar con el crimen organizado, pero por el otro lado vemos que, lejos de eso, la violencia se viene incrementando”.
Protección.
La socióloga no considera que el miedo de la gente de Durango ya haya llegado a niveles de psicosis colectiva, pero resalta el hecho de que la ciudadanía no tiene seguridad “porque sabe que a cualquiera y en cualquier momento le puede pasar algo. Lo que veo es que ya son los mismos vecinos quienes se cuidan creando comités de seguridad”, concluyó.
Juan Manuel Cárdenas
El Siglo de Durango
Habitantes están alarmados
Durango. El pasado miércoles se suscitó un hecho poco usual, en varias colonias y fraccionamientos de la periferia se escucharon sonar las sirenas de patrullas y un intenso alboroto en las calles. Quienes se encontraban en sus casas salieron o subían a las azoteas para saber lo que pasaba, había un helicóptero sobrevolando la zona. Cuando la gente llegaba a donde se generaba el bullicio se notaba una reacción de tranquilidad en sus rostros, al ver que se trataba del arribo del avión que servirá como museo y era escoltado por patrullas de Vialidad.
(CIFRAS)
16
muertos se registraron en el lapso de una semana. Balaceras y decapitados dejaron este saldo en hechos sangrientos en el estado.
suicidios se suscitaron en el mismo periodo, un fenómeno generado por problemas sicológicos que tiene implicaciones de tipo social.