Con el fin de controlar los accesos de las patrullas y los vehículos particulares en el edificio de la DSPM, se instalaron plumas electrónicas que próximamente estarán en funcionamiento.
La Dirección de Seguridad Pública Municipal (DSPM) no tiene estacionamiento suficiente para su personal y los ciudadanos que tienen que acudir al inmueble del Periférico para atender algún asunto particular. El proceso de certificación internacional de la corporación obligó a ciertas medidas que hicieron insuficiente el estacionamiento.
Con el fin de controlar los accesos de las patrullas y los vehículos particulares en el edificio de la DSPM, se instalaron plumas electrónicas que próximamente estarán en funcionamiento, y por lo pronto un agente que porta un arma larga informa a los visitantes que el estacionamiento siempre está saturado.
Desde las 8 de la mañana, cuando empieza el primer turno y hasta que termina a las 5 de la tarde, el estacionamiento está saturado, situación similar ocurre en el segundo turno.
Anteriormente junto a la calle que lleva al local de las patrullas, se estacionaban decenas de vehículos particulares de agentes y personal administrativo. Con la reciente modificación cambiaron de lugar y desde las 8 de la mañana tienen la ventaja de ocupar buenos lugares en el estacionamiento.
De forma improvisada y para tratar de contrarrestar la fuerte demanda de lugar para un vehículo, se habilitó un espacio para estacionar automóviles en un terreno sin pavimentar, que desprende mucho polvo y se encuentra de forma irregular, bordeado por una malla ciclónica.
Dentro del mismo proceso de certificación internacional, hay una aduana en la entrada principal del edificio donde todo visitante debe registrarse y recibir un gafete de identificación, así como aguardar su turno para ver si la persona que es requerida tiene el tiempo disponible para atenderla.
Tal medida de hacer esperar a la gente también resulta incómoda, toda vez que son ocho los asientos disponibles para las visitas, que en su mayoría son mujeres que llevan niños, quienes por interés de resolver su asunto, aguardan pacientes y de pie, en espera de una respuesta favorable.