La gráfica muestra el taller de motocicletas que molesta a los vecinos de la colonia Año de Juárez de Matamoros.
Un grupo de vecinos de la colonia Año de Juárez, acudió ayer a la Agencia del Ministerio Público, para presentar una denuncia a los dueños de un taller de motocicletas porque trabajan la mecánica en plena banqueta e incluso, hasta en la carretera para molestia de los peatones y conductores.
Los afectados dijeron además, que se ha vuelto insoportable la situación, porque ahora el lugar hasta se ha convertido en nido de malvivientes y las familias temen por su seguridad.
El documento que estaban por entregar a las autoridades ministeriales, ya había sido remitido a las direcciones de Ecología, Tránsito y Vialidad y Obras Públicas. En el escrito, hacen referencia a la situación que padecen por la irresponsabilidad de los dueños, de mantener ahí un taller que ya es insuficiente para la actividad que realizan.
La ubicación precisa es en calle Pabellón entre las avenidas Mejía y Matamoros en la colonia Año de Juárez, donde los propietarios Juan Manuel y Salvador Emiliano Escareño, ofrecen el servicio en un pequeño cuarto.
De hecho, los mecánicos trabajan en la banqueta y en ocasiones, en la carretera. “Ahí sacan sus herramientas y los ancianos y las señoras que llevan a los niños a las escuelas, se ven obligados a bajarse con el peligro que implica caminar en plena calle sorteando a los carros”, señaló Antonio Ramírez.
También hacen referencia al ruido que provoca la alta velocidad de las motos en el momento en que las están revisando, “lo cual ya resulta insoportable para los ancianos enfermos que hay en la cuadra además de los lactantes que no pueden conciliar el sueño”.
Mencionaron que las patrullas pasan continuamente por el lugar, pero nada hacen al respecto, aun cuando ven que ingieren bebidas alcohólicas. Por otra parte, aseguran que en el taller se juntan muchos vagos “que no son ni siquiera de nuestra colonia y obstruyen la pasada”.
“Nosotros hemos sido muy tolerantes ante esta situación, porque comprendemos la necesidad que tienen esas personas de su trabajo, pero hay riñas constantes y además, los hombres que ahí se juntan son muy groseros con las mujeres y ya no podemos tolerar más agresiones, inseguridad, ruidos y obstrucción de caminos”, expuso Rubén García, otro de los vecinos afectados.
