Harp no pudo concluir el recital en el que presentaba los temas de su nuevo disco. (Jam Media)
Cuerpos de emergencia tuvieron que desalojar de manera intempestiva el Teatro de la Ciudad, donde la cantante oaxaqueña presentaba su más reciente álbum, debido a una “una broma de mal gusto” que puso fin anticipado al recital.
La noche del sábado inició con la calma habitual de un espectáculo más. La musa oaxaqueña había llegado puntual para dar a conocer su disco Fandangos de ébano.
Trascurrían los primeros minutos del concierto y la artistas comentó con el público que llenó la sala que su proyecto de vida “está claro y lleno de pasión, así que sólo me queda vivirlo y cantarlo”, para luego dar rienda suelta a su canto dulce. Entre tema y tema, entre acorde y acorde, explicó que ese proyecto de vida se ha enfocado de manera decidida hacia la recopilación y difusión de la música mexicana, poniendo especial atención a las tradiciones de su natal Oaxaca.
Para armar el disco, Susana se embarcó en un viaje por varias comunidades afromestizas de la Costa Chica de Guerrero y Oaxaca. De ahí nació Fandangos de ébano, material muy alegre, guapachoso, burbujeante y muy bien hecho.
En la sala se vivía gran alegría, una voz aterciopelada, gozo acústico, música interpretada con depurada técnica interpretativa, un concierto de calidad, bonito, pues, pero en el minuto 75 llegaron elementos de la Secretaría de Seguridad Pública. Los uniformados no hicieron aspavientos, sin embargo, llamaron la atención del público, que ya había escuchado casi la totalidad de los temas de la sexta entrega de la cantante-investigadora.
Intempestivamente, Harp anunció con una voz transformada que suspendería momentáneamente su concierto, sin mayores explicaciones de por medio; acto seguido, un empleado del teatro apareció para anunciar “un breve simulacro”.
Agentes de seguridad del Teatro de la Ciudad pidieron desalojar el inmueble, lo cual sucedió de manera rápida y sin incidentes.
Luego, policías de la SSP ingresaron al teatro para revisar hasta el último rincón, en busca de explosivos.
“¿Qué es lo que sucede, oficial?”. “Se recibió una llamada anónima que aseguró había una bomba en la sala; seguramente fue una broma de mal gusto de algún ocioso”, respondió un uniformado antes de entrar al edificio.
Mientras los uniformados y personal de Protección Civil revisaban el recinto, hasta el lugar arribaron varias patrullas de policía y un par de ambulancias, cuyos tripulantes permanecieron a la expectativa los siguientes minutos.
Conclusión, efectivamente fue una broma de mal gusto de algún ocioso. No obstante, el concierto terminó de manera anticipada y ahora habrá que ver si los organizadores reponen el concierto, devuelven las localidades o qué arreglo proponen.
Susana Harp ya no tuvo tiempo de explicar que creó la Asociación Cultural Xquenda, a través de la cual realiza una intensa labor de apoyo y difusión de las manifestaciones culturales, en su propia voz y la de otros artistas más.
Un ejemplo es su nuevo disco. Realizó una investigación de tres años acerca de la herencia y sobrevivencia de comunidades afroamexicanas que habitan la Costa Chica de los estados de Oaxaca y Guerrero. De ahí surgió una muestra fotográfica, un documental fílmico y uno nuevo disco, Fandangos de ébano.
El disco contiene 13 canciones y composiciones de Joaquín Pardavé (Negra consentida) y Alvaro Carrillo (Soy el negro de la costa) inspiradas en dichas comunidades. En el concierto de anoche, Harp estuvo acompañada de una banda tradicional con instrumentos clásicos como la quijada de burro.
“Estoy muy feliz de presentar el disco en el Teatro de la Ciudad porque es un lugar hermoso. Ojalá la gente quede maravillada con esta música, como me quedé yo al conocerla”, había dicho antes de iniciar el recital y de que una broma de mal gusto de algún ocioso sin moral, desquebrajara ese sueño colectivo.