Conductores que transitaban por la calzada Cuauhtémoc y avenida Ocampo, miraban desconcertados el pavimento que se vio invadido por aguas negras.
Una falla en el cárcamo instalado por Peñoles en la calzada Cuauhtémoc, paralelo al paseo público, ocasionó una gran fuga desde la noche del jueves, a la altura de la avenida Ocampo.
Parte del Bosque Venustiano Carranza fue “regado” con aguas negras. Una falla en el cárcamo instalado por Peñoles en la calzada Cuauhtémoc, paralelo al paseo público, ocasionó una gran fuga de aguas negras desde la noche del jueves, a la altura de la avenida Ocampo.
Esto provocó que durante toda la noche del jueves y ayer viernes en la mañana, las aguas malolientes formaran una laguna y parte de ella se introdujo a las áreas verdes del paseo público, lo que ocasionó quejas de los paseantes por los fétidos olores.
La molestia de paseantes y deportistas del Bosque fue porque al ver las áreas anegadas con aguas negras sobre todo a la altura de las avenidas Ocampo y Escobedo, supusieron que de igual manera se iba a regar el resto del Bosque, el cual luce seco y descuidado.
Se imaginaron el hedor que se generaría sobre todo al mediodía por los intensos rayos del sol, según fueron los reportes que se recibieron en las oficinas de la administración.
Empleados municipales aseguraron que aunque paseantes asiduos y deportistas piden que se incremente el riego en el “pulmón”, ya que el estado general de los árboles es lamentable, protestaron ante la posibilidad de que se utilicen aguas negras.
Luis Horacio Salmón, gerente operativo del Sistema Municipal de Aguas y Saneamiento (Simas), informó que también a los teléfonos de quejas del organismo operador se reportaron las quejas de la fuga de aguas negras a la altura del Bosque y que en horas de la madrugada rebasaban el cordón de las banquetas.
“Nos hicieron los reportes, pero al verificar el lugar, nosotros hicimos lo propio con el personal de la empresa Peñoles, ya que establecimos que fue un desperfecto en el cárcamo de ellos que conduce las aguas negras a la planta lo que causó el problema”.
Decenas de automovilistas y peatones se sorprendieron ayer al ver la gran laguna de aguas negras que se formó en la calzada Cuauhtémoc entre las avenidas Ocampo y Abasolo, lugar bajo que tradicionalmente se anega cuando llueve. Sin embargo, el agua no era de lluvia sino que brotaba del cárcamo y “bañaba” a los vehículos que pasaban con velocidad.
Fue alrededor de las diez de la mañana cuando entre personal del Simas y de Peñoles abrieron alcantarillas de los alrededores para facilitar el desalojo de las aguas negras que anegaron una parte del Bosque.
Fue durante la Administración de Guillermo Anaya Llamas que el Municipio signó un convenio con la empresa Peñoles en que ésta colocaría instalaciones especiales desde el Bosque hasta un área de la planta tratadora que tienen en operación. Las redes conducirían aguas negras inyectadas por el Sistema Municipal de Aguas y Saneamiento, Peñoles las trataría y las regresaría como una dotación fija para asegurar así el riego del Bosque.
En ese entonces el compromiso fue que Peñoles daría agua tratada para regar el Bosque, pero también apoyaría al riego de otras áreas verdes de la ciudad.
