Investigadores de la Universidad Iberoamericana y otros cuatro centros de investigación se suman a los mexicanos que contribuirán con el desarrollo del acelerador de partículas Gran Colisionador de Hadrones. (Archivo)
La Universidad Iberoamericana se une a los investigadores que contribuirán con el acelerador de partículas Gran Colisionador de Hadrones (LHC, por sus siglas en inglés), que actualmente trabaja el Consejo Europeo de Investigación Nuclear, comentó Salvador Carrillo Moreno, académico del Departamento de Física y Matemáticas del plantel educativo en Ciudad de México.
En el proyecto trabajarán el Cinvestav del IPN, la UNAM, la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla y la Universidad Autónoma de San Luis Potosí. Su aportación tiene que ver principalmente con el tracker, detector de trazas, que forma parte del experimento denominado CMS, un detector de términos genéricos, con el fin de encontrar el bosón de Higgs, la partícula que da la masa a las otras partículas.
Se buscarán también otros componentes de la gravedad, los micro agujeros negros, que seguramente se podrán formar en el LHC, de 27 kilómetros de circunferencia, donde se observará qué hay más allá de la Teoría del Modelo Estándar de Partículas, cuando éstas presenten energías más altas.
Debido a lo anterior, es probable que el acelerador contribuya a descubrir una nueva física y cambiar la actual en función de los datos que se lleguen a encontrar en los experimentos, uno de los cuales mandará un gigabite de información por segundo -capaz de llenar el disco duro de una computadora en tres minutos.
En el Gran colisionador de hadrones -un hadrón es el núcleo del átomo tras quitarle los protones, neutrones y electrones- también se chocarán núcleos de plomo contra núcleos de plomo con el fin de encontrar el plasma de quarks y gluones, un nuevo estado de la materia que podría explicar los estados finales de las estrellas y por ende el origen del Universo.
El especialista en altas energías dijo que para la física hay varios problemas que no se han podido resolver, uno de ellos el origen del Universo, pues cuando hacen chocar a las partículas siempre obtienen la misma cantidad de materia y antimateria, pero “en el Universo en que vivimos está todo hecho de materia, y por eso pensamos que hay una teoría más fundamental que nos dirá por qué hay más materia que antimateria”.
Explicó que cuando los astrofísicos miran objetos estelares lejanos observan cuerpos celestes que se formaron muy cerca al origen del Universo, un proceso que hoy los científicos estudian (al reconstruir) a través de energías muy altas logradas dentro de los aceleradores, donde es amplia la probabilidad de encontrar nuevas partículas y exploraciones para la física teórica y experimental.