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Inviable aún, clonación de ganado en México

El Universal

Especialistas ven como ilógico el aval en Estados Unidos para el consumo de carne y leche procedente de animales clonados, ya que éstos son muy caros.

Si bien la clonación de animales puede beneficiar la producción ganadera, aún resulta poco eficiente y cara, por lo cual en México es preferible difundir otras técnicas biotecnológicas de mejora ya desarrolladas, como la selección de embriones.

Así lo señala el catedrático de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la Facultad de Estudios Superiores Cuautitlán (FES-C) de la UNAM, Jorge Tórtora, quien evaluó la reciente aprobación de la FDA en EU para el consumo de carne y leche procedente de animales clonados.

Tras años de análisis, la oficina reguladora de alimentos y fármacos FDA (Food and Drug Adminsitration) en ese país declaró en enero que los productos de bovinos, porcinos y caprinos clonados, así como los de su pro-genie, son “tan seguros para el consumo humano como los de animales criados en forma convencional”.

Sin embargo, como esa forma de clonación aún resulta costosa (10 a 20 mil dólares por ejemplar) muchos expertos prevén que los “superanimales” duplicados por sus características deseables sean usados como pies de cría, de manera que sólo sus descendientes sean aprovechados para el suministro de comida.

“Es llamativo que (en la FDA) estén aprobando una medida para el consumo de carne de ganado obtenido por clonación, cuando esta técnica no es de uso corriente y mucho menos para animales de consumo”, subraya Tórtora.

Según el científico “suena ilógico” efectuar el proceso de clonación (que además de complejo es ineficiente, ya que deben hacerse cientos de intentos para obtener un solo clon vivo) si la finalidad es sacrificar a los animales así obtenidos, que tendrían un alto valor productivo.

“Excepto, claro, que se hayan desarrollado en secreto (en EU) estrategias tecnológicas para hacerlo a muy bajo costo”, matiza.

“Estos animales clonados sólo podrían usarse en investigación y experimentación o cuando se quiere multiplicar el material genético de un individuo, que será empleado como reproductor, pero no para enviarlo al rastro”, precisa el especialista en salud animal.

En el mismo tenor, la investigadora María del Carmen Navarro, en el documento “Técnicas de clonación de embriones” (revista Ciencia veterinaria), considera que la clonación hoy es de baja eficiencia. Con todo, apunta que conforme se tenga más comprensión de sus deficiencias “permitirá seleccionar y reproducir animales de interés económico y ecológico a gran escala”.

Selección animal

El especialista en pequeños rumiantes (ovejas y cabras) de la FES-C refiere que en distintos centros de investigación y empresas ganaderas nacionales se utilizan técnicas de mejora diferentes a la autorizada en Estados Unidos: la segmentación embrionaria, así como el sexado de esperma previo a la inseminación artificial.

Con estos procedimientos, los ganaderos pueden seleccionar si desean obtener descendientes machos o hembras de sus animales. Por ejemplo, un productor de leche puede obtener sólo vaquillas en cada ciclo reproductivo de una vaca madre y minimizar las probabilidades (50%) de que ésta alumbre becerros, que no le son útiles.

“Estas herramientas ya se aplican en México; en el caso del semen se eliminan los espermas portadores del cromosoma Y se aumentan los que poseen X, de modo que (al efectuar la inseminación artificial) crecen las probabilidades de obtener hembras (o a la inversa, si se buscan machos para engorda y producción de carne)”, explica.

“Para el caso de embriones de alta calidad genética —precisa el académico— una vez extraídos, pueden sexarse para elegir machos o hembras. Además, pueden después segmentarse para obtener mayor cantidad de individuos (clones) que serán implantados en madres incubadoras para su gestación”.

Esos embriones —aclara— se consiguen al cruzar un semental de altísima calidad con una hembra tratada mediante hormonas para que produzca más óvulos: así, ésta podrá dar cuatro o cinco embriones en vez de uno (en el caso del bovino).

“Con la inseminación artificial fue posible potenciar el uso de un macho que da muy buena descendencia, mientras que con la transferencia de embriones también puede potenciarse el aprovechamiento de una ‘súper hembra’ sin someterla a gestación, pues este proceso se realiza en otras hembras convencionales”, añade Tórtora.

Ahora bien, aunque esta última tecnología (que algunos autores consideran una variedad de clonación, pero sin manipulación de núcleos celulares) no es tan cara como la avalada en EU, cuesta varios miles de pesos por ejemplar. Por ende, su uso se limita a los pocos ganaderos que pueden pagarla.

Ante ello, Tórtora cree necesario vincular los esfuerzos de científicos y productores, además del aporte de recursos gubernamentales al sector pecuario: “Tenemos tecnología de punta para la selección y reproducción de ganado, su alimentación y asegurar su sanidad. El problema es tomar decisiones en el plano de la inversión”, finaliza.

Ovejas aún en la mira

La clonación aprobada en EU originó a la polémica oveja Dolly en 1996; pero el aval no contempla ganado ovino, sino sólo caprino, bovino y porcino.

La FDA explicó que —paradójicamente— en el caso de las ovejas “no existen suficientes datos científicos” para aprobar la clonación con fines de producir alimentos. Cabe recordar que ni los genetistas saben las razones exactas que originaron la muerte de Dolly.

Esto condujo a la Asociación Europea de Ética en Ciencia y Nuevas Tecnologías a rechazar cualquier iniciativa para autorizar la clonación de ganado en el Viejo Continente (pues la European Food Safety Authority, en un reporte preliminar, también avaló la inocuidad del proceso).

El grupo afirmó que las madres nodrizas podrían sufrir, y que los clones tienen una alta tasa de enfermedad y problemas como peso excesivo, hígados agrandados y anormalidades renales. En el ganado —asegura— casi 20% de los becerros clonados no sobrevive 24 horas tras el nacimiento.

No obstante, el investigador mexicano Jorge Tórtora, dice no ver ningún problema en la clonación animal, salvo la reducción de biodiversidad, que se da de todos modos con los métodos de cría convencionales. “Si me dijeran ‘te doy un bistec de la oveja Dolly’ y está bien hecho me lo como, no importa. Pero qué sentido tiene permitir el consumo, cuando este tipo de animales no está diseñado para eso”, ironiza.

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