Inyéctele ‘vitaminas’ a su firma
La diferencia de estas historias es que decidieron acercarse a una incubadora
Con tecnología e innovación, los negocios con enfoque tradicional están llamados a hacer la diferencia en el mercado.
Por ejemplo, un café Internet es un negocio tradicional, pero si se le aplica un software que monitoree las actividades de clientes, como el tiempo y el número de impresiones, se eficienta la operación y se diferencia de la competencia, advirtió José Barrera Hernández, coordinador de la Incubadora de Negocios de Tecnología Intermedia de la Universidad La Salle.
“Buscamos que el emprendedor tenga un mayor impacto en el mercado, y el apoyo de las incubadoras está enfocado a los puntos críticos del negocio, ya sea para cambiar los procesos manuales por los semiautomatizados o bien, generar canales de distribución alternos”, comentó el experto en temas empresariales. Aquí hay tres ejemplos de cómo se transforma un negocio con enfoque tradicional en uno de mediana tecnología, cuyo objetivo principal es eficientar sus operaciones y, en consecuencia, hacerlos más rentables.
CUBRE SUS NECESIDADES
Los Restaurantes Tashi necesitaban expandir sus operaciones a nivel nacional e internacional, por la propia naturaleza de la empresa y la demanda del mercado. Fue por ello, que se acercaron al Centro de Alta Dirección en Economía y Negocios (CADEN) de la Universidad Anáhuac y encontraron la solución con innovación y tecnología.
Hoy el socio director de Restaurantes Tashi, Arturo Grande, está en pláticas con inversionistas de Estados Unidos, Europa, Centro y Sudamérica interesados en replicar el nuevo concepto de comer sushi en sus regiones.
Grande y sus colaboradores, entre ellos la firma Gallástegui Armella, decidieron que la forma más rentable y atractiva de operar las franquicias era manteniendo el control de los procesos de producción y vendiendo sólo la comercialización del producto.
Así, en el CADEN propusieron desarrollar un sistema de conservación de alimentos que en promedio dura nueve meses e instalar una planta con capacidad de 300 mil rollos de sushi mensuales para distribuir desde ahí a todas las franquicias. Restaurantes Tashi cuenta actualmente con 15 franquiciatarios, y a partir de este mes abrirá una franquicia cada semana.
“Hicimos una franquicia muy accesible y atractiva: el franquiciatario no tiene que ver con la producción, sólo le damos capacitación y le mandamos toda la línea de producto al punto de venta; sólo requiere de una persona para atenderlo.
“No tiene por qué preocuparse si faltó el cocinero o si se echó a perder el producto”, dijo Grande. Además, el punto de venta es una unidad móvil, de manera que si no se vende muy bien en cierto lugar, la pueden cambiar. Con ello, Restaurantes Tashi dio el brinco de pequeña a mediana empresa.
FORTALECE SU
PRODUCCIÓN
Requerían aumentar la producción porque se acababan de convertir en el proveedor de una de las cadenas comerciales más grandes del país, y por eso acudieron a la Incubadora de la Universidad Panamericana, en Guadalajara, Jalisco, para que los apoyara en su transformación empresarial.
Salsas Pita Valle producía 100 unidades a la semana, cuando Wal-Mart los invitó a participar en su feria de proveedores, pero requerían de un gran cambio en su negocio.
Tuvieron que producir 3 mil piezas semanales, conservar el producto 100 por ciento natural por más tiempo (un año o más), etiquetarlo con indicaciones de nutrientes, código de barras y un sistema de envase al alto vacío, entre muchos otros aspectos, explicó Carlos Zuloaga Santos, gerente de Ventas de la firma.
Después de la feria de proveedores de Wal-Mart a nivel regional, brincaron a la distribución en tiendas de la Ciudad de México y el año pasado formaron parte de la cadena de proveedores de Soriana; todo este proceso se dio por la aceptación que tuvo en el consumidor.
“Los productos son 100 por ciento natural y están creados para satisfacer el gusto y las necesidades del mercado actual; son salsas para preparar platillos instantáneos, aderezar ensaladas o entremeses”, explicó.
También agregaron una línea de productos gourmet, Chilli Gourmet. Ya hicieron su primer contacto en el extranjero, a través de un distribuidor particular que opera con tiendas de alimentos tipo Gourmet en Canadá.
“Esta empresa ha crecido paso a paso, y nos ha llevado a explorar otros mercados; a cruzar fronteras”, advirtió Zuloaga.
El objetivo de la compañía es convertirse en proveedora del sector comercial, a través de las cadenas de tiendas de autoservicio, y su misión es impulsar el desarrollo regional con la compra de los insumos directos al productor.
CAMBIO TOTAL
De crear un producto para un mercado específico, hoy esta compañía ofrece un servicio de “trajes a la medida”.
Empezaron desarrollando un software para agentes de seguros, pero como necesitaban ampliar su mercado, acudieron a la Incubadora de Negocios de Mediana Tecnología de la Universidad La Salle para encontrar la solución.
Sofía Dávila, socia directora de Ashtmicrosystem, una desarrolladora de programas, quería “meterse” en el mercado y ser competitiva, y la incubadora de negocios la apoyó en dos áreas específicas: transformación del producto y desarrollo de canales alternos de distribución.
“Entramos a la incubadora buscando orientación y capital, y ahí nos hablaron de la necesidad de operar con un plan de negocios, proyecciones y estados financieros, así como una estrategia de comercialización.
“La incubadora nos enseñó que un negocio debe ir de la mano de un plan de negocios y una estrategia de mercado”, manifestó Dávila.
De esta manera, la empresa cambió su producto y mercado, y hoy se enfoca al desarrollo de software de cualquier tipo.
Han desarrollado programas para el Gobierno del Estado de México, el sector financiero y medios impresos a la medida de sus necesidades.
Entre las ventajas competitivas de la compañía, y que se desarrollaron en la incubadora de negocios, está el servicio integral al cliente, la atención personalizada, seguimiento continuo y reportes, todo ello a través de herramientas desarrolladas por la propia empresa, explicó Dávila.
La incubadora de negocios ayudó también a crear nuevos canales de comercialización, afirmó la empresaria.
Actualmente, Ashtmicrosystem está “mudando” sus servicios a Internet para que todos sus clientes tengan acceso, con tan sólo teclear un password o una contraseña.
“Detectamos que las necesidades del cliente ya cambiaron, ya que actualmente todo se hace por Internet”, indicó Dávila.