El ingeniero Abraham González Uyeda, encargado de despacho de la Secretaría de Gobernación, encabezó el acto de colocación de fotografía de Juan Camilo Mouriño Terrazo en el Salón Ruiz Cortines del Palacio de Covián. (Fotografías de El Universal)
Encuentran memoria de los motores y anticipan que datos de la 'caja negra' estarán disponibles en 5 días
La Procuraduría General de la República (PGR) descartó que el jet donde murió el secretario de Gobernación, Juan Camilo Mouriño, se hubiera desplomado por una explosión ocurrida en el aire, pues no se han encontrado en los restos ningún tipo de sustancia que demostrara que el avión estalló.
“El evento no tuvo explosión previa al accidente”, dijo Ricardo Nájera, representante de la PGR en el Distrito Federal.
En conferencia de prensa, Nájera dijo que no se ha encontrado ningún explosivo que hubiera hecho volar la aeronave, como TNT o C-4, o elementos como nitratos o nitritos, usados para fabricar bombas.
Por otra parte, autoridades informaron que todos los componentes del Lear Jet 45 fueron encontrados, por lo que se descarta que la aeronave haya perdido una parte antes del impacto en tierra. También se descartó una falla en los motores que hubiera inhabilitado las dos turbinas antes de la caída.
El secretario de Comunicaciones y Transportes, Luis Téllez, dijo que la versión de la PGR refuerza la hipótesis de que el desplome del avión de la secretaría de Gobernación fue un accidente. Una de las versiones que se maneja es que el pequeño jet entró en una zona de turbulencia causada por los motores de un avión más grande que iba adelante.
Además, de Mouriño, en el avionazo del 4 de noviembre, murió el ex fiscal antidrogas, José Luis Santiago Vasconcelos, otros siete pasajeros y tripulantes del avión y cinco personas en tierra.
Pero Gilberto López Meyer, director de Aeropuertos y Servicios Auxiliares dijo que además de las “cajas negras” que contienen información de los datos de vuelo y comunicaciones, también se recuperó la memoria de ambos motores, que contienen datos como potencia, altitud y desaceleración.
Estos dispositivos fueron trasladados a un laboratorio de Arizona para que el fabricante de los motores, la empresa Honeywell, extraiga la información sobre el comportamiento en los segundos antes del desplome.
Mientras tanto, los restos de la aeronave que se desplomó en la colonia Lomas de Chapultepec del poniente de la Ciudad de México el martes 4 de noviembre, ya comenzaron a ser retirados. Serán enviados a un lugar seguro en el hangar presidencial del aeropuerto capitalino para su estudio.
Técnicos de la Oficina Federal de Investigación de Estados Unidos (FBI) colaboran con autoridades mexicanas para realizar una reproducción por computadora del sitio del accidente para ubicar las piezas y después simular por computadora cómo cayeron.
Téllez dijo que técnicos de la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte de EU analizan los datos y grabaciones contenidas en la “caja negra” del avión y que los resultados podrían estar disponibles en cinco días.
Por otra parte, el Gobierno y el Congreso de Campeche rindieron ayer un homenaje al fallecido secretario de Gobernación, Juan Camilo Mouriño, cuyas cenizas fueron depositadas en la catedral de Campeche el jueves.
En Saltillo, antes del tercer informe del gobernador Humberto Moreira se guardó un minuto de silencio para recordar a las víctimas de la tragedia aérea.
Rechazan que nave haya violado distancia
De acuerdo con análisis realizados por controladores aéreos, las pantallas del radar presentadas por las autoridades no muestran que la aeronave que se cayó y en la cual perdieron la vida el secretario de Gobernación, Juan Camilo Mouriño, y otros funcionarios federales, hubiera estado a menor distancia de otras naves de lo establecido en los procedimientos de vuelo.
La aeronave se mantuvo a una distancia entre cuatro y cinco millas, dependiendo del tramo en el que volaba, incluso en algunos momentos mantenía mayor distancia. Aunado, el capitán Miguel Ángel Valero, quien preside el Colegio de Pilotos Aviadores de México, informó que el manual de Jeppesen de navegación indica que un avión Learjet 45 debe estar separado cuatro millas de distancia de un Boeing 767.
Ángel Iturbe, vocero del Sindicato Nacional de Controladores de Tránsito Aéreo (Sinacta), advierte que de haber sido una estela de turbulencia del avión que le antecedía, “¿cómo es que no afectó al helicóptero que venía volando cerca de él?”.
Pilotos consultados comentaron que todos los colegas se entrenan para resolver cualquier tipo de falla que se pueda presentar en vuelo, “incluso hasta las más extrañas”. Con base en las pantallas del radar dadas a conocer por las autoridades desecharon los rumores de que la nave estaba fuera de su ruta.