La semana pasada estuvo en nuestro país el candidato del Partido Republicano. La presencia, en principio, fue bien recibida por los mexicanos, pues se trata de un héroe de guerra de los Estados Unidos de América. En ese entonces, cuando el conflicto bélico de Vietnam, frisaba 31 años de edad. Duró 5 años en una prisión de Saigón. Luego fue elegido para la Cámara de Representantes en 1982, reelegido en 1984. En 1986 ganó una senaduría, reelegido en tres ocasiones. En 2000, como aspirante en las elecciones internas fue literalmente aplastado, en atención a que el aparato del partido se movilizó a favor de su contrario, en lo que se dice fue una campaña donde hubo dinero, juego sucio y falsos rumores ¿quien sería ese adversario?
Al llegar a este país, bajó la escalerilla del avión convenientemente tomado del brazo de su consorte Cindy Hersley. Después, en camino plano, se movió sin compañía para hacerlo nuevamente con ayuda disimulada al enfrentar unos escalones. Se ignora si trató de evitar un tropiezo o se siente inseguro, por su edad, al trepar de un peldaño a otro. La cosa es que vino a México a fortalecer su campaña entre los latinos radicados allá, dispuesto a mostrarse como fiel devoto de la Virgen de Guadalupe, ¿quién dijo: París bien vale una misa?, ¿tan siquiera, le llevaría un ramo de flores?
Se nota que los políticos, de allá y de acá, no tienen reparo para hacer lo que sea con tal de conseguir la simpatía de los votantes. La última encuesta señala que el voto de los mexicanos es crucial por que representa un importante tanto por ciento del electorado. Con ese propósito y enterado de que el pueblo de México es profundamente religioso, es que vino a nuestro país para visitar la Basílica de Guadalupe, logrando su propósito de que la prensa lo retratara. No hay constancia de que en el pasado haya manifestado esa misma fe visitando a la Patrona de México. A propósito, John McCain, desoyó al Consejo Mundial de Iglesias, formado por iglesias de 120 países que condena el uso político de las creencias del pueblo, afirmándose que “Dios no tiene lugar en la política”, lo que debe llevar a preguntarnos: ¿la Virgen de Guadalupe, sí?
Este tema se origina en una demoledora caricatura de Carreño, incluida en la página editorial de este diario el viernes 4 del mes en curso, donde dibuja al candidato republicano, con una amplia sonrisa, mostrando dentadura completa, usando una tilma en cuyo frente se lee “Mexicoamericanos, voten por mí, McCain” y a un lado, la aparición de la Virgen, en el Cerro del Tepeyac. La titula Carreño: “John Diego en busca de votos”. En fin, los fotógrafos de prensa se dieron vuelo obteniendo gráficas donde se ve a McCain, en un primer plano, teniendo de fondo la sagrada imagen de la Virgen. El haber visitado el santuario de la venerada Virgen, ¿redituará los votos que necesita?
