Rodrigo Valladares y Víctor Reyes, ganadores de un experimento con cubos de concreto más resistentes.
Como parte de un concurso universitario, estudiantes de ingeniería civil crearon un nuevo material de construcción que permite economizar espacios.
De un proyecto escolar, dos universitarios mexicanos aportan a la ingeniería del país con materiales innovadores para la construcción.
Ligeros, pero resistentes, y de bajo costo son las características de los cubos de concreto que estos jóvenes diseñaron.
Aunque no lograron obtener el primer lugar en una convocatoria que realizó el Instituto Americano del Concreto (ACI, por sus siglas en inglés), los dos estudiantes de la Universidad Iberoamericana dieron un paso importante en su investigación.
En entrevista, los alumnos de séptimo semestre de Ingeniería Civil explican que todo inició con la invitación de uno de los maestros de la escuela.
“Nos comentó del concurso, que era abierto para otras universidades”, apunta Víctor Reyes, uno de los dos ganadores del concurso escolar.
“Durante las vacaciones de verano del año pasado realizamos las muestras para probar la resistencia, el peso y las variaciones”, agrega.
Rodrigo Valladares afirma que los cubos de concreto con medidas preestablecidas, de 5 centímetros de lado, pueden utilizarse en la vida real.
La convocatoria contaba con bases específicas a que debían sujetarse todos los países inscritos al concurso.
Valladares recuerda que durante la presentación de resultados en Puerto Rico se encontró a participantes de Chile y Estados Unidos.
En total fueron ocho proyectos finalistas, y aunque México no obtuvo el primer lugar del certamen, sí desempeñó un destacado papel.
Reyes explica que por el cambio de temperaturas y presión durante el vuelo a la isla caribeña las muestras de concreto que llevaban sufrieron algunas afectaciones.
“Los cubos de concreto debían ser con medidas preestablecidas, de cinco centímetros de lado y con especificaciones de materiales que no podían utilizarse”.
De este modo, la tradicional grava, arena y agua que conforman el concreto debían mezclarse con otros materiales para lograr la combinación ideal.
Según las bases de la convocatoria, cada cubo no debería rebasar los 230 gramos de pesos y con ese peso resistir 400 kilogramos por centímetro cuadrado.
Las pautas del concurso exigían un notable esfuerzo de investigación, asegura Valladares.
De este modo, el equipo mexicano que se clasificó tuvo que realizar varias pruebas. “Hicimos alrededor de 200 cubitos de entre diez y 15 diseños de mezclas diferentes”, dice Reyes.
—Pero, ¿esto tiene algún uso práctico?
—El diseño se hace para un espécimen, pero en la vida real la mezcla puede aplicarse para medidas convencionales de construcción —acotó Valladares.
“La idea la tenemos, es cuestión de trabajar más para que se comercialice ya en cilindros grandes”, agregó Reyes.
El tamaño de las muestras es así para reducir el consumo de materiales entre las pruebas, aunque el gasto del proyecto lo absorbió por completo la universidad.
Para el próximo semestre, ambos estudiantes llevarán una materia que se denomina Tecnología del Concreto.
En ese curso intentarán llevar a otra escala el proyecto con el ánimo de recibir financiamiento y puedan montar una empresa.
“Este trabajo nos tomó medio año y una empresa necesita de mayor infraestructura”, dice.
Pero por falta de esfuerzo los estudiantes no se detendrán. Consideran que de concretar la propuesta las casas de interés social serían las primeras beneficiadas.
Al ocupar menor espacio y lograr una mayor resistencia, la amplitud en las casas donde un metro es un metro sería muy valiosa. Por lo pronto, los dos universitarios planean continuar con sus estudios.
Rodrigo, de 21 años, estudiará una maestría sobre Energías Renovables en Arabia Saudita luego de que ganó una beca y Víctor, de 22 años, está en la búsqueda del mejor programa de posgrado. Insistió que continuarán con el proyecto a fin de empezar a comercializarlo entre las principales empresas constructoras.
“Creemos que esto puede ayudar a ahorrar espacio, sobre todo en las viviendas de menor tamaño”.
Sin embargo, todavía falta concretar algunos proyectos y acceder un buen esquema de financiamiento.
Pero además de este tipo de cubos, hay una nueva modalidad de concreto ecológico que ponen sobre la mesa algunas compañías. Este material ya se empezó a utilizar para pavimentar las carreteras.
