La afición dio el triunfo con sus palmas al hidrocálido Juan Pablo Sánchez al realizar una gran faena al astado “Leno” y fue proclamado máximo triunfador del Serial Novilleril “En Busca de la Victoria”. (Fotografías de Jesús Galindo López)
El hidrocálido Juan Pablo Sánchez se adjudica el serial novilleril 2008.
Registrando la mejor entrada del serial, el Coliseo Centenario se engalana con los aficionados que en familia ingresan al inmueble aún después de iniciado el festejo, augurando gran ambiente propicio para la noche de fiesta brava.
Los parches y metales anuncian la apertura de la puerta, Michelito Lagravere es el fenómeno infantil que invitado por la empresa se encarga de abrir el festejo de triunfadores, sin duda resultó un magnífico regalo para la afición de sangre nueva admirar el arte del mini espada.
Sale “Atrevido”, herrado con el número nueve de la prestigiada ganadería lagunera de Arturo Gilio. Con la capa verónicas rematadas, dignas de pintura, valiente y elegante. Con la muleta Michelito realiza una faena derechista coronada con derrotes muy toreros, a la hora de la verdad da muerte a su enemigo en el tercer intento, obteniendo como resultado un apéndice, palmas y vuelta al ruedo.
Sale de la puerta de chiqueros el novillo “Constructor”, herrado al fuego con el número 41 de su lote, castaño bien armado. En primer turno Roberto Galán recibe en los medios a portagayola, verónicas de prueba, el burel acude con bravura al caballo; Con la muleta el astado da poca embestida, por su empeño el ultramarino recibe palmas y del biombo el pañuelo blanco anuncia una oreja como premio.
El segundo de la noche resultó “Guaje”, con el número 52. Alfonso Hernández “Pali” recibe al bravo toro, con la muleta arranca pases por derecha, y en su faena pegado a las tablas es empalado por el burel, el diestro vuela por los aires, pero sin consecuencias. Arranca unos muletazos más y decide matar pinchando en hueso en su primer intento; entre las palmas va nuevamente por su enemigo, la estocada es fulminante, la cual le valió saludar al tercio.
De la puerta de chiqueros sale con el número 49 “Se los dije”, Sergio Cerezos lo recibe con verónicas de las tablas a los medios, continúa su labor con las zapatillas clavadas realizando naturales, en los medios el novillo acomete a la muleta, Cerezos completa la faena. Palmas y palmas. En el primer intento pincha en lo alto y recibe una acometida sin percances, en el segundo el astado muere. Es pasaporteado de inmediato. Palmas y palmas.
El cuarto fue “Leno”, castaño, herrado con el número 31. El hidrocálido Juan Pablo Sánchez luce con la capa; con la muleta toreando en los terrenos del toro, muy valiente, arrancando muletazos cambiados por la espalda, pincha en dos ocasiones sin soltar el estoque, en el tercero el enemigo muere. Tras el empeño mostrado, el público en su totalidad exige con los pañuelos blancos al insensible juez de plaza, que tras el biombo otorga finalmente el apéndice.
Sale el quinto, “Venadito”, negro, veleto, con el número 31 de su lote. El queretano Santiago Fausto fue coreado con el “ole” tras su labor, dos pinchazos, estocada y el enemigo muere al descabello, al tiempo que se escucha el primer aviso.
Desde la puerta de toriles sale “Golondrino”. Despide la noche de triunfadores. Karla de los Ángeles recibe con verónicas y el novillo, acusando debilidad, se le rinde a sus pies, el cornúpeta acude al caballo y es ligeramente castigado. Por sus condiciones, en la suerte de banderillas solamente se le colocan dos pares. En su intento con la muleta el toro con idea y sentido busca el cuerpo de la novillera, luego se echa al suelo y el público estalla en reclamos solicitando el cambio del burel, que resta la posible actuación de la novillera.
Finalmente, el trofeo se disputó entre el español Roberto Galán y el mexicano Juan Pablo Sánchez. La afición con sus palmas y gran ovación otorgó el premio para el hidrocálido. Quien resultó ser el máximo triunfador del Serial Novilleril “En Busca de la Victoria”.
Policías groseros
Ahora no fueron las semillas. Los que por demás resultaron altaneros, groseros e irrespetuosos con la afición fueron los elementos de seguridad, uno vestido de negro y otro de camisa azul a cuadros, ubicados en los accesos del tendido, cuando un aficionado de manera amable les solicitó permitieran ver la faena, éstos sólo contestaron “hazle como quieras, es más y si quieres te reto a que le digas a Arturo Gilio”. Fue lo que se escuchó, y de verdad qué pésima manera de tratar a la afición.
Aunque poco tiene que ver con la actitud de sus empleados, esperemos que la empresa tome cartas en el asunto. Aún cuando el aficionado se retiró en el tercer toro.